Nada tenía que ver la imagen que presentaba esta mañana el centro de la ciudad, casi desértica por ser un día no laborable, con la estampa que desde primera hora de la mañana se vivía en el Parque Cementerio San Gabriel. Miles de malagueños han cumplido con la tradicional cita con los difuntos en el día de Todos los Santos y se han acercado al camposanto para mantener viva la memoria de sus seres queridos. Los aparcamientos del recinto se han quedado pequeños ante la gran afluencia de vehículos, que ocupaban también las calzadas del interior, y que han provocado grandes caravanas en los accesos al cementerio.

La tradición sigue estando marcada por las ofrendas y hoy las sepulturas lucían todo tipo de arreglos florales, entre los que predominaban los claveles, las margaritas y los crisantemos. Aunque la celebración era hoy, los más precavidos ya habían acudido de víspera para adecentar las lápidas y evitar así el gentío propio de esta fecha en los puestos de flores, tal y como explicaba Ángeles Espinosa: “yo vine ayer, lo puse todo en condiciones y hoy solo vengo a rezar y a darle compañía”. Junto con San Valentín y el Día de la Madre, esta es la fecha más importante para las floristerías, pero este año aseguran haber notado la crisis económica. Los profesionales del sector aseguran que no ha bajado el número de clientes, pero que el gasto es mucho más moderado que en años anteriores: “hay mucha clientela pero se gastan la mitad que antes”, aseguraba José Miguel Macías, florista de la Alameda Principal.