Málaga

Siete meses sin Justicia para Diyamis, la joven de Torremolinos ahogada en Ibiza

  • El abogado que representa a la familia cree que hubo “vulneración de derechos de los trabajadores por falta de medidas de seguridad” y recalca que la dilación del caso "perjudica la investigación"

  • La joven, defiende, "trabajaba en un barco sin la cualificación necesaria y sin contrato"

La joven ahogada

La joven ahogada

Retrasos en la autopsia -cuyos resultados no se conocieron hasta cinco meses después- contradicciones sobre lo ocurrido y un niño de 7 años huérfano, para quien reclaman una indemnización. La familia de Diyamis, la joven de Torremolinos que murió ahogada en junio de 2021 tras, supuestamente, caer del barco en el que trabajaba en el puerto deportivo de Sant Antoni de Portmany, en Ibiza, denuncia que, siete meses después, la situación es "desesperante". La Guardia Civil mantiene abierta una investigación desde que se produjo el accidente, pero apenas se han producido avances. José Labella, el abogado que representa al padre de la víctima, cree que el tiempo ya transcurrido podría perjudicar las pesquisas. 

La defensa de los afectados pretende demostrar que la empresa para la que trabajaba Diyamis incurrió en un “delito contra el derecho de los trabajadores por falta de medidas de seguridad” y, para justificarlo, se basa en las “irregularidades en la contratación y varias apreciaciones técnicas”. Entre otras que la joven, apostilla, "carecía de la cualificación necesaria” para desempeñar labores en un barco. Sólo tenía, apunta el letrado, un contrato de 20 horas semanales como empleada de hogar en una vivienda en Marbella propiedad del dueño de la embarcación. 

La muerte de Diyamis, de 33 años, según el examen forense que se le practicó al cadáver, concluyó que se produjo por “asfixia por sumersión tras caída accidental”. Durante la autopsia no se observaron signos de violencia. La familia, sin embargo, recela de los resultados y considera "inverosímil" esta versión. “Pensamos que si uno cae en un puerto tan concurrido en esa fecha, con todos los atraques abiertos, es raro que nadie oiga nada. Tampoco creemos que ella se precipitara desde la popa del barco por las características del mismo”, subraya el abogado. Los médicos forenses elaboraron un informe preliminar, que posteriormente se complementó con otro toxicológico para descartar que la fallecida hubiera consumido sustancias estupefacientes antes de morir. 

El abogado del progenitor ha solicitado varias pruebas para esclarecer los hechos y conocer cuál fue la forma de contratación de la joven, pero a día hoy no se han proveído tales diligencias. "Han pasado ya muchos meses y eso perjudica la investigación. Hay un fallecimiento y un cuerpo incinerado", advierte la defensa.

Hasta "seis versiones distintas" sobre el accidente

Por su parte, Emilio López, padrino del hijo que Diyamis dejó huérfano -ella era madre soltera-, denuncia la "mala gestión de la Justicia" y asegura que su intención es descubrir "qué ocurrió" aquel 29 de junio, que fue la última ocasión en la que el responsable del barco del que cayó la chica se puso en contacto con la familia. Al mismo tiempo, subraya las "contradicciones" que ha habido entre las declaraciones que éste realizó y las del compañero de la víctima, además de las "seis versiones distintas" que conocieron "en menos de dos días". "El único coherente fue el que se lanzó al agua a auxiliarla. Me da igual que paguen con dinero o con cárcel", señala.  

Para el hijo de la joven, de 7 años, la familia, que ha solicitado su tutela, reclama una indemnización económica, de forma que "no le falte nada hasta que cumpla los 18", aunque tanto el abuelo como su pareja se están encargando de todos sus cuidados. 

Eran las 10 de la mañana del día 29 de junio cuando el padre de Diyamis conocía, a través de otro familiar, que su hija había muerto en el puerto deportivo de Sant Antoni de Portmany. El mecánico de una embarcación que se encontraba en la zona había detectado en el agua el cuerpo flotando de la mujer a unos 20 metros del barco en el que ella trabajaba. Según el testimonio de la familia, trataron de reanimarla durante una hora, pero no lo consiguieron. 

Seis horas después de la tragedia recibieron la llamada del dueño del barco explicando lo ocurrido. Los familiares le indicaron que ya se habían enterado y que tenían un billete para viajar hasta Ibiza con la intención de reconocer el cadáver. “Nos dijo que no hacía falta, que nos enviarían las maletas de Diyamis a Málaga y que él tenía que irse a Madrid”, explicó entonces Emilio a este periódico. 

Contactaron con la Guardia Civil. La empresa Pompas Fúnebres les confirmó la muerte de la joven. Emilio precisó que el coste de la repatriación a Torremolinos, su tierra natal, rondaba los 7.000 euros, una cantidad que les resultaba imposible asumir. Solo podían afrontar la factura de la incineración del cuerpo en Ibiza. Una vez llegaron a la isla identificaron el cadáver y, aún en shock, se despidieron de Diyamis. “Solo pudimos verla 20 minutos”, afirmaba el hombre.

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