Los conductores que en la tarde de ayer tomaron la ronda seguramente se arrepintieron de su decisión. Sobre todo los que circularon bajo el falso túnel de Carlos Haya. A las cuatro y media de la tarde una placa metálica de la infraestructura cayó a uno de los carriles en sentido Barcelona lo que obligó a los agentes de Tráfico a cortar uno de los carriles. Al que unieron otro en sentido contrario por precaución.

Desde entonces, la cola de vehículos empezó a alargarse hasta un total de 13 kilómetros. Diez de ellos en sentido Barcelona y otros tres en sentido Cádiz. Mientras éstos habían desaparecido ya cerca de las nueve de la noche, en la otra dirección las retenciones se alargaron hasta bien entrada la noche por los trabajos para limpiar el asfalto, según informaron en el Centro de Gestión del Tráfico.

Según alguno de los conductores que sufrió la retención, para viajar desde Torremolinos hasta la Avenida de Velázquez se tardaba ayer "más de una hora" y en muchos momentos la circulación estaba "totalmente paralizada".

A la situación caótica del tráfico de ayer se sumó el corte de la Autovía del Mediterráneo por obras. La construcción de la segunda fase de acceso al Puerto de Málaga obligó anoche a la empresa adjudicataria de las obras, Sacyr, a cortar la autovía A-7 durante horas, aunque finalmente se retrasó la operación dos horas por los incidentes en el túnel de Carlos Haya. Si estaba previsto cortar el tráfico a partir de las 22.00, no se hizo hasta la medianoche. La zona afectada abarcó el tramo comprendido entre los kilómetros 233 y 236 a la altura del Palacio de Deportes José María Martín Carpena. En sentido Málaga se habilitó un desvío provisional, mientras que hacia Torremolinos el tráfico se canalizó por la carretera MA-21.