Helena Trujillo. Psicóloga y psicoanalista

“La lluvia puede acentuar otros problemas internos de las personas”

  • La experta Helena Trujillo afirma que el mal tiempo “no justifica” que se agríe el carácter, sino que se toma como excusa para exponer conflictos personales, laborales o sexuales

Los malagueños, por lo general, no están acostumbrados a la lluvia. Les gusta salir a la calle, pasear, tapear, etcétera y, tras dos meses de continuos aguaceros y temporales,  muchas personas afirman sentirse decaídas y el malhumor empieza a hacer mella. ¿Hay alguna explicación psicológica? La experta Helena Trujillo cree que no hay una repercusión directa entre el clima y el estado de ánimo.

–¿Ha aumentado en las últimas semanas el número de consultas por el mal tiempo?

–El tiempo no influye hasta ese punto. Sí han aumentado las consultas, pero porque en enero hubo una disminución porque había muchos gastos. Ha sido por otras cuestiones.

–Se suele decir que el mal tiempo agría el carácter, ¿es cierto?

–Es por comodidad. A las personas no les suele gustar salir y mancharse. La lluvia nos impide a veces realizar ciertas conductas sociales y, en ese sentido, puede afectar a una persona porque no puede realizar cosas que deseaba. En cualquier caso, a las personas sanas esto no les suele afectar, pero sí puede hacerlo a aquellas que tienen algún problema personal, social, laboral o sexual y que circunstancias externas como el clima o la crisis económica puede acentuar. No es el tiempo, sino que hay algo en esa persona que le genera esa mala uva. Es aprovechar la circunstancia exterior para atreverse a expresar que, por ejemplo, se está enfadado con la pareja o que los negocios no van bien. No se está harto de la lluvia, sino de otras cosas.

–¿Se tiende a pensar en negativo?

–No hay que quejarse. No nos acordamos, por ejemplo, que en noviembre la gente estaba en la playa. El sol nos gusta y también a los turistas, pero habrá que saber esperar. Hay que pensar que estas lluvias nos van a traer bonanza. El ser humano tiene gran capacidad de adaptación. Hemos conseguido crear la luz artificial y tener sol las 24 horas. Nuestra satisfacción está en nosotros mismos y hay que saber gestionarla.

–Hay muchas personas que, cuando el día está nublado, están más cansadas y se sienten más débiles ¿por qué?

–Eso es porque somos platónicos. Platón hablaba de una serie de humores, de estados de ánimo que dependían del buen tiempo, del sol y de otros elementos externos que, si faltaban, creaban un estado de ánimo gris. Freud, sin embargo, decía que no. Que no dependemos de los agentes exteriores, sino que la alegría depende de uno mismo.

–Pero no creo que nadie piense en Platón o Freud cuando ve el día nublado y se viene abajo.

–Es algo primitivo. Viene en la educación que hemos recibido.

–¿Es cierto que en zonas con mucho viento o con mala climatología hay una mayor tendencia a la tristeza e incluso al suicidio?

–Estadísticas hay de todo tipo, pero no son fiables. El ser humano ha habitado todo el planeta. Yo no sería capaz de vivir en Groenlandia, pero hay personas que viven allí y no por eso van a ser personas con peor genio. El lugar no es el problema, sino la persona. 

–Pero el malagueño, por ejemplo, sí está acostumbrado a salir a la calle y si no puede se frustra.

–Cuando hace buen tiempo tienes un tipo de ocio. Cuando no, hay que buscar alternativas pero siempre hay posibilidades para divertirse. Hay personas que no tienen esa capacidad para encontrar esas alternativas. Hay personas que buscan soluciones y otros lloran por las esquinas. La salud no es ser el más feliz del mundo, sino saber adaptarte a los cambios que se producen. Hay que comprarse un buen paraguas, un chubasquero y salir. La lluvia no es justificación suficiente para no hacer cosas. A veces hemos organizado reuniones y, cuando han caído, tres gotas, muchas personas no han ido. No es lógico.

–¿Que recomendaría a los que dicen que están hartos de agua?

–Que no vean sólo los defectos, sino también las virtudes. Hay que pensar que los pantanos están llenos, todo el mundo va a poder llenar sus piscinas y que el campo va a tener una mayor riqueza.

–¿Y a aquellas personas que han podido perder su casa o algún elemento de valor por el temporal?

–Es una desgracia pero hay que tener una actitud activa para salir adelante. Buscar ayuda, porque si te quedas mirando la casa que se ha caído lo más probable es que el agua te lleve a ti también. En Alhaurín se han inundado casas ilegales. Esa zona siempre se ha inundado y las personas han construido allí sus casas sabiendo que se podían inundar. A veces no somos conscientes de que las conductas inadecuadas tienen consecuencias. Pensamos que no nos va a tocar a nosotros pero pasa. No obstante, las malas experiencias sirven para aprender y saber que, la próxima vez que se construya una casa, debe valorar la estabilidad del terreno, etcétera. Hay que aprender de los errores.

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