Málaga

El mayor crucero del mundo da sus primeros pasos en Málaga

  • La naviera Royal Caribbean inauguró ayer de forma oficial el 'Symphony of the seas'

  • Se posicionará en Barcelona y hará viajes por el Mediterráneo

  • Regresará a la capital en octubre

Vino, vio, venció y, en este caso, se marchó. Málaga acogió ayer el estreno mundial del Symphony of the Seas, el mayor barco de cruceros del mundo, que tendrá en Barcelona su puerto base pero que su propietario, la compañía Royal Caribbean, apostó porque se presentara en Málaga, reforzando así la imagen crucerística internacional del puerto malagueño. Centenares de invitados pudieron conocer en persona el interior del barco, una auténtica ciudad flotante en la que hay muchos más servicios que en muchos municipios de la provincia. Al margen de las numerosas piscinas, restaurantes y todos los servicios imaginables, el Symphony organiza espectáculos aéreos, sobre hielo o acuáticos, tiene un teatro donde se interpreta el musical Hairspray, uno de los más conocidos de Broadway, y hasta un bar servido por robots. Los pasajeros podrán disfrutar de cruceros de siete noches por el Mediterráneo entre abril y octubre partiendo desde Barcelona y haciendo escalas en Palma de Mallorca, Provenza, Florencia, Roma y Nápoles, aunque, vistas las atracciones del navío, más de un pasajero preferirá quedarse dentro en lugar de hacer las habituales excursiones.

El ‘Symphony of the Seas’ se exhibe en el puerto

Cuando en 2009 el Oasis of the Seas, el primer buque de esta clase inició su vida de mar, expertos en construcción naval dijeron que sus medidas eran difícilmente superables para un barco de pasaje. Ahora, casi una década después, el cuarto gemelo de esta serie, el Symphony of the Seas, se estrena incrementando algunos de los números con los que comenzó a navegar el Oasis.

Atendiendo a cifras puramente náuticas, el Symphony, según datos de la aseguradora Lloyd´s Register, posee una eslora total de 362,10 metros, unos centímetros menos que su gemelo el Harmony of the Seas. Con respecto a su registro bruto, el nuevo buque de Royal Caribbean desplaza 228.021 toneladas, 1.058 más que su anterior hermano; una diferencia que le permite estar clasificado como el buque de crucero más grande del mundo.

En referencia a sus capacidades, el Symphony of the Seas puede albergar a 6.700 pasajeros distribuidos en 2.559 camarotes. Y aunque por sí solas estas cifras explican cómo es la nueva ciudad flotante de Royal Caribbean, existen otros muchos datos que confirman lo que de grande tiene este barco construido en los astilleros galos STX France. Con un total de 18 cubiertas, 16 de ellas para el uso del pasaje, el Symphony dispone de 24 ascensores públicos que permiten una movilidad absoluta por las siete villas-vecindarios en la que está dividido el buque. Con un jardín poblado por 12.000 plantas y 7.000 obras de arte, más de las que hay expuestas en el museo parisino del Louvre, el ocio deportivo también está repleto de cifras; unos números que pasan por los 45 metros de desnivel en diez cubiertas de su tobogán Ultimate Abyss o los millones de litros de agua empleados en sus 24 piscinas y diversiones acuáticas.

Manteniendo una oferta gastronómica también repleta de datos, a bordo del Symphony of the Seas sus 22 restaurantes ofrecen 300 opciones de diferentes menús diarios; unas posibilidades que se complementan con el medio centenar de bares y cafeterías que se reparten por sus cubiertas. Todo un cúmulo de cifras que podrían completarse con el que hace referencia a las piezas individuales con la que está construido el Symphony of the Seas. Un total de medio millón de elementos que multiplican por 27 las piezas con la que fue construida la Torre Eiffel.

"España es clave para Royal Caribbean y prueba de ello es que la compañía haya apostado por este país como base del Symphony of the Seas, un barco que en sí mismo es el espectáculo más sorprendente en alta mar", aseguró ayer Belén Wangüemert, vicepresidenta asociada y directora general de Royal Caribbean para la Eurozona, quien destacó la alianza que tiene la multinacional con la Costa del Sol. "Con Málaga llevamos mucho tiempo trabajando en una dinámica muy buena, vamos incrementando nuestras escalas en la medida que vamos teniendo demanda y es un proyecto que siempre está encima de la mesa", recalcó Wangüemert. La directiva de Royal Caribbean indicó que tienen diez escalas en Málaga, en cinco barcos distintos, además de que "seguimos trabajando muy cerca con el puerto, con la ciudad, con los operadores de terminales para buscar proyectos. Tenemos barcos en construcción, a futuro, y vamos a incrementar nuestra capacidad en un 60%, por lo que siempre estaremos buscando nuevos destinos y puntos", asegurando que con Málaga "tenemos una relación de muchos años y el atractivo de la ciudad y del puerto es innegable, por lo que seguimos en esta dinámica de trabajo tan positiva y veremos lo que vendrá en el futuro".

El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, subrayó la "visibilidad" que este acto le ha dado a Málaga y confió en que la naviera vuelva a tener a la ciudad como puerto base para los cruceros. "Daremos todas las facilidades entre el puerto y la ciudad", afirmó. Por otra parte, el presidente de la Autoridad Portuaria, Paulino Plata, aseguró que "estamos trabajando todos, codo con codo, para construir un buen destino para cruceros. Málaga se está convirtiendo en un destino turístico de primer nivel en Europa y lo que pretendemos es que también lo sea en el ámbito de los cruceros".

Miles de malagueños acudieron ayer a la estación marítima para observar el barco. No pudieron entrar, algo que despertó cierta decepción en muchos visitantes, pero solo por fuera ya impresionaba por sus dimensiones. Para volver a verlo en Málaga habrá que esperar al 30 de octubre, pues partió anoche a tierras catalanas rodeado de fuegos artificiales.

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