Los médicos de Urgencias de varios hospitales acordaron este martes en asamblea iniciar medidas de protesta por el “alarmante déficit de plantillas” que dificulta hacer frente al aumento de presión asistencial derivado de la gripe y otros cuadros típicos de la época invernal. Los facultativos decidieron que harán concentraciones en el Clínico, el Regional, el Civil y el del Guadalhorce.

Las movilizaciones aún no tienen fecha fijada, pero arrancarán entre finales de enero y principios de febrero. La asamblea se realizó a instancia de los propios profesionales y se celebró en el Colegio de Médicos. Las concentraciones tendrán lugar en la puerta de las Urgencias de cada uno de esos hospitales. Aún no está cerrado, pero probablemente se sumen también a las protestas los comarcales de Antequera y la Axarquía.

Además de las concentraciones, los médicos han acordado el boicot a ciertas rutinas administrativas que establece el programa informático Diraya con el que trabajan. “El objetivo es, sin perjudicar al paciente, no cumplir algunos trámites burocráticos para centrarnos más en el enfermo”, explicaron desde el Sindicato Médico, organización que respalda las movilizaciones.

Las movilizaciones arrancarán entre finales de enero y principios de febrero

La asamblea también dispuso que se notifiquen al área de Prevención de Riesgos Laborales de cada hospital las condiciones de trabajo que comprometan la salud de los profesionales.

Otra de las medidas de presión que acordaron los facultativos es la notificación al Observatorio de Seguridad para el Paciente de la Consejería de Salud de cualquier situación de saturación que la ponga en peligro. Por ejemplo, indicaron, una mayor ratio médico/enfermo que la aconsejada por las sociedades científicas. Comunicación que se haría a través de una aplicación que tiene habilitada la propia Administración sanitaria.

Las movilizaciones han sido decididas por los médicos de Urgencias por la falta de medios con la que –dicen– tienen que hacer frente a una importante presión asistencial. Pero estos profesionales aclaran que la situación repercute en el paciente y en “todas las categorías” porque afecta también a celadores, administrativos, auxiliares y enfermeros.