Los mejores vídeos que ha dado el estado de alarma

19, Rue del Coronavirus

Proyecciones de Antonio Pino en el barrio de La Victoria.

Proyecciones de Antonio Pino en el barrio de La Victoria. / Antonio Pino (Málaga)

Explorar las imágenes de una Málaga vacía, sin gentes por sus calles, sin coches circulando, sin turistas desplazándose sobre patinetes es como mirar las primeras instantáneas de las ciudades que se tomaron cuando se invento la fotografía. Imágenes en las que no aparece persona alguna debido a que el material donde se fijaba la luz no permitía captar nada en movimiento.

Mirar una estampa silenciosa de cualquier calle de la provincia sin vecinos transitando por ellas tiene algo de hipnótico, de febril, de descalabro de la realidad; se instala como una extraña sensación detrás de la nuca. Pero la gente sigue estando ahí, sólo que detrás de los muros, escondida.

¿Escondida? En realidad no tanto. Uno de los muchos conocimientos que nos ha proporcionado la pandemia del coronavirus es que cualquier agujero es trinchera y que cualquier balcón se puede transformar en una calle pequeñita, mínima, desde la que lanzar nuestras ganas de vivir al vecino de enfrente. Tuvimos que quedarnos encerrados para aparcar nuestras pantallas, levantarnos del sofá y acercarnos a la última frontera que nos han dejado.

En Italia tardaron una semana: en España tardamos dos horas en reconquistar nuestros balcones, esos lugares que ya habíamos transformado en trasteros para dejar la bicicleta estática y los juguetes viejos de los niños. Incluso algunos -ahora seguro arrepentidos- sólo vieron en ellos un espacio que reclamar en nombre del salón.

Aplausos, espectáculos musicales, proyecciones como las que hace Antonio Pino, artífice de Peneque el Valiente y vecino de Cristo de la Epidemia... todo vale para no olvidarnos los unos de los otros, para no olvidar que seguimos estando aquí.

Cuando todo esto pase -que pasará- muchos recordaremos cómo el coronavirus hizo de España una 13 Rue del Percebe en la que el humor, la empatía, el aliento mutuo y, por qué no decirlo, un buen equipo de música, nos gritó que no estábamos solos. Que nunca lo estuvimos.

Y para que esto no caiga en el olvido, recopilamos algunos de esos momentos en los que los vecinos no son el infierno que siempre se dijo, sino el auténtico paraíso, la salvación en la tierra.

Semana Santa sin salir de casa

Una de las grandes tragedias de esta cuarentena es que nos quedamos sin Semana Santa. Pero al menos sabemos que la imaginación y la devoción siempre jugarán a nuestro favor como queda demostrado en esta mini procesión voladora.

Saetas cívicas

Y cómo olvidar esas saetas que nos recuerdan que está permitido sacar a los perros, no llevarlos de paseo hasta Barbate.

Ángel Garó y su 'gou, cojón, nou'

Si algo da mucha rabia -mucho coraje- durante los días de cuarentena es asomarse al balcón y ver cómo algunos incívicos se saltan el aislamiento a la torera, como si la cosa no fuera con ellos, como si fueran más chulos que nadie.

De ahí que el cómico Ángel Garó se ganara el aplauso de todas las redes sociales con este vídeo donde le canta las mañanitas a un cantamañanas.

"Hola, don Pepito. Hola, señor de protección civil de El Burgo"

Los grandes sufridores de las casas durante el encierro son, sin lugar a dudas, los más pequeños. Algo que bien saben en El Burgo donde unos simpáticos agentes de protección civil tratan de hacer más llevadero el encierro a los niños de la localidad.

Jugar al escondite

Normalmente jugar al escondite con la policía no es muy buena idea, pero hay veces que los agentes de la ley entran a saco para agradecer a los ciudadanos su colaboración y respeto.

"Cuando acabe el confinamiento te pago el cartón que has ganado"

Hasta hace poco más de una semana no conocíamos a nadie de los que viven frente a nosotros: hoy, jugamos con ellos al bingo, al ajedrez, a las tres en rayas... Lo que haga fatal.

Incluso al Hundir la flota a voz en grito. Juegos online, ¿para qué os quiero?

¡Resistiré!

El temazo Resistiré del Dúo Dinámico se ha convertido, contra todo pronóstico, en el great hit de la primavera balconera que nos ha tocado en gracia. Un tema que bailan en todas partes, que baila todo el mundo, que nos recuerda que resistiremos.

Música para todos

Y es que lo de poner música en el balcón y ofrece lo mejor de nosotros mismos es una constante en todas partes. Como la soprano Begoña Alberdi que cada noche regala a sus vecinos en Barcelona hermosas arias.

Música compartida en la que se unen los más variopintos instrumentos desde las más alejadas distancias.

Ejercicio de andar por casa

Otra cosa que no podemos dejar de hacer durante la clausura es ejercicio físico. ¡Que la molicie no nos pille en el sofá!

¡Tengamos cabeza!

Sabemos que estar encerrado durante un mes, las 24 horas, es muy duro. Pero no vale todo para escapar del aburrimiento. Al menos, algunos deberían echar un poco de sentido común y no buscar el peligro, que bastante ya hay.

Para algunos, es demasiado ya

La mitad de otro dúo, el cómico Manolo Sarria, tiene otro punto de vista: el de aquellos a los que les gustaría disfrutar del aislamiento obligatorio sin que los vecinos se peguen todo el santo día de cara a la galería. Para una vez que puede haber algo de paz y silencio, y no lo aprovechamos...

Manolo Sarría, en el divertido vídeo que ha compartido.

Para otros, la agenda de eventos organizados durante esta cuarentena es, simple y llanamente, agotadora.

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