-De un día para otro se ha visto como candidato a presidir el PP. ¿Se esperaba algo así en este momento?

-El fin de semana ha sido intenso. En marzo, cuando ganamos las elecciones autonómicas en Málaga, Joaquín me dijo que sería el momento de irse. Ahí lo dejamos y no volvimos a hablar más del tema. Ha sido este fin de semana cuando me lo planteó. Dije que no. Pero me dijo que lo tenía muy pensado y yo acepto el reto con responsabilidad, con ilusión y con ganas de hacer cosas por la provincia. Creo que se ha ido en su mejor momento y eso le honra.

-¿Por qué irse en el mejor momento?

-Cuando hay que irse, hay que irse como los ganadores, los grandes líderes, que se van en el mejor momento.

-¿Su designación como candidato es una imposición de Javier Arenas?

-Además del respaldo de Joaquín Ramírez he contado todo el fin de semana con el respaldo absoluto de todo el mundo. Desde el propio Javier Arenas, al alcalde de Málaga. Me siento con mucho respaldo, calor y cariño por parte del partido. Pero la decisión no ha sido de Javier Arenas, sino de Joaquín.

-¿Cree que Ramírez ha estado suficientemente apoyado dentro del partido?

-No solamente ha estado bien tratado y apoyado, sino que el peso del PP de Málaga en el conjunto del PP regional y nacional es indiscutible, valga como ejemplo el último congreso del PP regional en Córdoba, con una ejecutiva de 27 miembros de Málaga.

-En un partido con barones del peso de Villalobos, Oña, Fernández Montes o Muñoz, ¿teme que su cargo se resienta por su juventud?

-Tengo una magnífica relación con ellos, son nuestros grandes valores en el partido, nuestros alcaldes. Y he recibido el respaldo de todos. Todos han jugado un papel importante en la mejora de la calidad de vida de la provincia. Nuestro objetivo es conseguir mejores resultados en las elecciones de 2011. Yo siempre he tenido el problema, por mi juventud, de que cada cargo que he ocupado al principio se ha visto como una locura. (Bendodo fue concejal con 24 años).

-¿Cómo ve la situación del partido en la provincia? ¿Cuáles son sus retos?

-Eso prefiero dejarlo para después, todavía no soy presidente. Planes tengo un montón. Pero sí puedo decir que la provincia de Málaga es la que más aporta a la Junta de Andalucía, mucho más de lo que recibimos, y tenemos que reivindicar ese papel, que la Junta no lo ha permitido.

-Ahora estará usted a las órdenes del alcalde en el Ayuntamiento y éste a las suyas en el partido. ¿Cómo se van a organizar?

-Aquí somos todos colaboradores, todos trabajamos por el bien de los ciudadanos y cada uno jugamos el papel que nos corresponde en cada momento y nos compenetramos perfectamente.

-¿Seguirá teniendo las mismas responsabilidades en el Ayuntamiento?

-Sí. El alcalde me ha confirmado que seguiré al frente de Turismo y Deportes. En el caso de Ramírez, el alcalde hablaba de incompatibilidad institucional entre la Diputación y el Ayuntamiento. El alcalde me ha dicho que cree que lo voy a hacer bien, que está contento, y que ve compatible mi responsabilidad en el partido y en el gobierno municipal.

-¿Se siente en la línea de sucesión para optar a la Alcaldía de Málaga?

-No, mi función es hacer el mejor papel posible como presidente del PP de Málaga. El alcalde que tenemos es un lujo para la ciudad y va a seguir muchos años.