Rodeados de incógnitas sobre cual será su futuro y cuándo dejarán el puerto de Málaga, los remolcadores Lamnalco Merlin y Lamnalco Macaw (renombrado este como Afrik Macaw), permanecen desde el pasado 14 de julio varados en el dique que Cernaval-Mario López tiene en aguas malagueñas. Con la previsión, si no hay cambios de última hora, de que ambos buques vuelvan a estar a flote en el transcurso de esta semana, las expectativas de ambos pasan por otro prolongado periodo de tiempo atracados en algún muelle a la espera de dejar definitivamente el puerto malacitano.

Tras anunciar en enero Málaga Hoy en su página Marítimas que ambos remolcadores se salvarían del desguace, desde entonces, un cúmulo de vicisitudes ha rodeado la estancia de estos dos barcos; unos gemelos construidos en la India en 2007 que han pasado toda su vida activa en Nigeria como apoyo de plataformas petrolíferas.

Llegados a Málaga de urgencia el 9 de marzo de 2019, estos dos buques remolcados por uno similar cancelaban su viaje a la localidad griega de Lakkion, lugar donde debían ser desguazados, debido a una vía de agua que traía uno de ellos. Desde aquel instante y tras la marcha de uno de estos barcos que pasaba por el dique flotante de Mario López para reparar, sus dos hermanos comenzaban una odisea que aún los mantiene en el puerto malagueño.

Tras pasar por diferentes muelles y ser vendidos a otro armador entre junio y julio del año pasado, las expectativas de una pronta salida se truncaban al establecerse el estado de alarma por coronavirus, mientras a su bordo se realizaban trabajos de limpieza y se iniciaban reparaciones a flote. Parados desde marzo en el muelle 3-A1 (el situado detrás del atraque del Melillero), el 29 de junio los dos remolcadores eran posicionados en el muelle cuatro a la espera de entrar en el dique flotante Andalucía; una maniobra que se realizaba el pasado 14 de julio.

Con la previsión de su próxima salida de dique donde se les han realizado trabajos sobre sus cascos, ambos remolcadores, ya a flote deberán iniciar una serie de trámites; unas gestiones que pasan por certificaciones e inspecciones de Capitanía Marítima que además tendrá que aprobar un plan de remolque, ya que según ha podido saber este diario, al menos uno de ellos dejará las aguas malagueñas sin propulsión. Toda una aventura que, habiendo cumplido ya un año podría prolongarse unos meses más.