Málaga

La odisea de una profesora malagueña de regreso a Estados Unidos

  • Problemas burocráticos le impiden tener el permiso que necesita para volver a Austin, Texas, donde da clases de español

Miriam Sánchez, en una imagen junto a sus alumnos de Austin.

Miriam Sánchez, en una imagen junto a sus alumnos de Austin.

Todo se complica en tiempos del Covid. Lo que en la vieja normalidad parecía ser un trámite más o menos sencillo, ahora se convierte casi en una odisea para quienes lo necesitan. Es el caso de Miriam Sánchez Roldán, una joven de Fuengirola, que desde el pasado mes de septiembre imparte clases de Español como profesora visitante en el estado de Texas, en Estados Unidos.

Justo ahora debería haber retomado la actividad lectiva con los dos grupos de tercero a los que da clases en el T.A Brown Elementary, en Austin. En total, 27 estudiantes, de los que se hace cargo después de que su compañera nativa "renunciase por temor a ser contagiada por Covid". Pero en lugar de eso se encuentra en España pugnando con la administración americana para que le concedan el permiso que necesita para volver a Estados Unidos. “No me dejan volver”, dice Miriam a este periódico.

Cuenta que su problema es el de otros muchos profesores que como ella regresaron a España aprovechando las fiestas navideñas. De hecho, apunta que solo a través de Facebook han logrado ponerse en contacto decenas de profesores, no todos de Texas, algunos de Iowa, con sus mismas dificultades. "Ahora parece que empieza a moverse la lista", comenta. Aunque, por lo que parece, "un tanto al azar".

Ella pisó tierra española el 21 de diciembre y al día siguiente solicitó la autorización para el regreso, con la previsión de haberlo hecho el pasado lunes. "He tenido que cancelar el vuelo porque no me han respondido y no sé si voy a poder hacerlo", confiesa preocupada. "El caso es que hasta hace poco daban los permisos con normalidad, con un plazo de dos, tres días, como mucho diez, pero hay gente que lo pidió a principios de diciembre y que sigue sin tenerlo", relata. Admite que con Donald Trump en el poder los trámites son más complejos, ya que no vale solo con el visado.

Ayer estaba en Madrid, tratando de contactar con la embajada de Estados Unidos en España para informarse, pero lejos de encontrar una respuesta, se ha topado con una opacidad máxima. "Me dijeron que no podía entrar, no me dieron explicaciones", critica. Ahora no le queda otra que mantener la esperanza en que en cualquier momento le llamen para confirmarle la posibilidad de volver con destino a Texas. Allí deja casa, trabajo, "mis cuentas bancarias", su perro, que dejó al cuidado de un amigo… Quizás su nombre sea el siguiente de la lista. Pero, como ella confiesa, le han "amargado" las navidades.

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