Una vez acabados los meses fuertes del verano se vuelve a la cruda realidad. El paro, tras seis meses consecutivos de descenso, sube de nuevo y es más que probable que lo haga en los meses venideros con la llegada de la temporada turística de invierno. Es la penitencia de una provincia que vive volcada con el turismo y con una contratación marcada por la temporalidad. Así ha sido siempre y no se corta la tendencia.

El Ministerio de Empleo y Seguridad Social publicó ayer los datos de paro correspondientes a septiembre y éstos señalan que el mes pasado había 187.418 personas apuntadas en las oficinas del Servicio Andaluz de Empleo en la provincia de Málaga, es decir, 2.761 más que en agosto, un 1,5%. La buena noticia es que hay 8.732 parados menos que el año pasado, pero la cantidad de personas que no tienen trabajo es aún ingente. Y la solución va para largo, incluso en un panorama de crecimiento como el que se encuentra la economía malagueña, que tira del carro andaluz y crecerá más este año que la media española. El economista jefe para España de BBVA Research, Miguel Cardoso, anunció este pasado miércoles en un foro organizado por este diario que, con un incremento sostenido del PIB del 2,5% se tardarían aún 13 años en regresar a la cifra de parados que había antes de la crisis. Al margen de las estimaciones y del comportamiento del mercado laboral, solo hay que ver los datos. Si en un año se han recortado 8.732 parados en Málaga, ¿cuántos harían falta a ese ritmo para acabar con los 187.418 que aún quedan? Con una cuenta simple, serían 21 años para alcanzar el pleno empleo aunque es prácticamente imposible que se alcance nunca esa cota. En los mejores momentos del boom económico de la pasada década, la tasa de paro en Málaga nunca bajó del 9%.

La historia se repite una y otra vez. En septiembre se disparó el paro en el sector servicios (3.544 personas) por la finalización de muchos contratos de verano en hoteles, restaurantes, heladerías, etcétera. Si la cifra total de aumento del desempleo es inferior es porque se compensó con un descenso en 766 personas en la construcción y de 401 personas en la agricultura. Resulta llamativa esa disminución en la construcción, que está siendo continuada de forma más o menos periódica en el tiempo. Ahora hay 28.453 parados en la obra. No obstante, apenas se inician nuevas viviendas ni obras públicas. Los empresarios del ramo comunicaron hace escasas fechas que esa bajada del paro en la construcción no se debe a un aumento de la actividad sino al hecho de que muchas personas han tenido que emigrar para trabajar o que, directamente, se han aburrido de esperar e intentan encontrar un empleo en otros sectores.

Curiosamente, en septiembre el número de contratos firmados se impulsó un 27% (11.665 más) en una de esas paradojas que se suelen dar en esta provincia. La explicación más habitual es que hay personas que suscriben muchos contratos dada la precariedad y temporalidad de los trabajos. De hecho, el 94% de los acuerdos laborales firmados el mes pasado eran temporales.

Si el aumento del paro es preocupante, no le va a la zaga el hecho de que se haya vuelto a perder afiliados a la Seguridad Social. En septiembre se registraron 4.730 cotizantes menos hasta sumar un total de 519.104. Sí hay 18.265 afiliados más que hace un año, siendo el mayor incremento interanual de toda Andalucía, lo que supone un cierto consuelo.