Agricultura

La pitaya de Ronda traspasa fronteras

  • La platación de Pedro Ductor producirá este año unos 2.000 kilos de esta fruta que, principalmente, se han vendido en Madrid, Francia y ahora en Suiza

Pedro Ductor muestra uno de los frutos de su plantación.

Pedro Ductor muestra uno de los frutos de su plantación. / Javier Flores (Ronda)

Hace ya dos años que Pedro Ductor se lanzó a la aventura de tratar de cultivar pitaya en una zona como la Serranía de Ronda en la que tenía pocas cosas a favor y muchas en contra para que su proyecto tuviese un elevado índice de posibilidades de fracasar. A pesar de ello decidió seguir adelante, construir un invernadero y tratar de conseguir sacar adelante su cultivo de pitaya. Ahora, dos años después, sus plantas ya son casi adultas y han soportado hasta el paso de Filomena. Y es que las bajas temperaturas que son habituales en la comarca rondeña son uno de sus grandes enemigos.

A pocos meses de que la plantación sea considerada ya como adulta, algo que se alcanza a sus tres años, este año ha conseguido triplicar los kilos de pitaya recogida y estima que cuando finalice la campaña en el mes de diciembre serán unos 2.000 kilos los recogidos este año. Una producción que, según explica Ductor, sigue teniendo presencia en las fruterías locales pero ante el incremento tuvo que buscar nuevas vías para su venta, siendo los mercados de Francia y Madrid los principales destinos que han tenido las pitayas rondeñas que son cultivadas de forma ecológica.

Además, en estos momentos trabajan en preparar el primer envío que tendrá como destino Suiza. “Nos han contactado ellos directamente y ya hemos cerrado la primera entrega”, explica Ductor, que se muestra satisfecho por la buena acogida que está teniendo su producto. Todo ello a pesar de que el incremento de la producción general está provocando que se reduzcan los precios, que este año es entre un 15% y un 20% inferior a la pasada campaña. “Se está plantando mucha pitaya y eso hace que bajen los precios”, indica Ductor.

Frutos listos para ser enviados. Frutos listos para ser enviados.

Frutos listos para ser enviados. / Javier Flores (Ronda)

No obstante, se trata de una fruta que no es barata, ya que en la actualidad se puede encontrar en los mercados a un precio medio de unos 10 euros el kilo, aunque en las grandes ciudades el coste suele ser mayor.

“Estamos creando una demanda que antes no existía y tenemos el riesgo de poner más producto en el mercado del que se demanda, aunque hasta el momento se está vendiendo bien y espero que siga así y tengamos demanda suficiente”, indica con respecto al incremento de este tipo de plantaciones. En su caso no descarta realizar una ampliación de la plantación en el futuro, una vez que tenga un ciclo más largo para comprobar la adaptación de la planta, los kilos que es capaz de dar en la zona y ver la evolución del mercado.

En la actualidad cuenta con pitayas rojas y blancas, ya que existen diferentes variedades, lo que hace que además de sus propiedades nutricionales también sea una fruta muy utilizada para la elaboración de ensaladas o para acompañar a otras elaboraciones como yogures o helados al aportar una nota de color muy intensa. A ello se añade que se trata de un tipo de plantación que requiere una dedicación casi exclusiva desde que inicia la producción de flores sobre el mes de agosto hasta que finaliza en diciembre. Debido a sus características se tiene que realizar la polinización de forma manual para así locar que crezca el fruto.

Un trabajo que tiene que realizarse cada día desde primera hora de la mañana todos los días, al tiempo que se tiene que ir realizando el corte. “Es una fruta que no podemos coger en verde, tiene que estar en su punto óptimo de maduración, por lo que tampoco hay mucho margen para realizar el transporte por carretera”, dice Ductor.

Un hecho que hace que las producciones se quedan en radios de venta relativamente cortos en comparación con las grandes distancias que pueden recorrer otras frutas, lo que también conlleva que existe una menor saturación de producto al no llegar de zonas en las que el cultivo está más introducido.

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