Málaga

Las plagas invaden el campo

  • Las exportaciones en todo el mundo están propiciando la expansión de muchas especies dañinas para los cultivos a los que atacan · Nueve de las epidemias que han entrado en España se han detectado en Málaga

Cuenta el Antiguo Testamento que Dios decidió castigar a los egipcios con diez horribles plagas para que el faraón dejara partir a los hebreos de Egipto. Las diez plagas bíblicas, como así se les conoce, provocaron entonces el terror entre los habitantes de aquella milenaria civilización. Varios miles de años después, las plagas siguen quitando el sueño a muchos. Pero está vez sólo atacan al campo. Más allá de la explicación divina, la aparición de estas epidemias tiene su origen en la globalización. La exportación generalizada de frutas, hortalizas y especies ornamentales en todo el mundo ha favorecido el transporte de muchas especies animales asociadas que fuera de sus países de origen se han proliferado atacando a los cultivos autóctonos.

El problema se ha convertido en una preocupación mundial debido al enorme impacto ambiental y económico que estas nuevas plagas y enfermedades están acarreando para el sector agrario. La Organización Europea y Mediterránea de Protección de las Plantas (EPPO) tiene en la actualidad 352 plagas declaradas de cuarentena y 47 de ellas han entrado en España desde la década de los años 50, pero especialmente desde finales del siglo pasado.

Málaga no ha sido una excepción en todo este fenómeno globalizado. Según este organismo, nueve de las plagas que en estos momentos más preocupan por sus efectos se detectaron por primera vez en la provincia y casi todas han afectado a los cítricos y en algunas especies subtropicales. Los agricultores se sienten impotentes ante una situación difícil de atajar. Benjamín Faulí, técnico de Frutas y Hortalizas de la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja) de Málaga, considera que aunque la solución no sea fácil el primer paso pasa por "evitar que todas estas plagas sigan entrando enla provincia sin los controles fitosanitarios oportunos".

Una vez que llegan, a la mayoría de estas especies les resulta muy fácil propagarse con rapidez porque ya han logrado hacerse resistentes en sus países de origen a los tratamientos químicos.

El problema es que tampoco los tratamientos fitosanitarios disponibles están resultado especialmente eficaces para acabar con ellos. El caso quizás más conocido es el del escarabajo picudo rojo, que avanza sin control acabando a su paso con todas las palmeras que encuentra y que llevó a la Unión Europea a establecer como obligatorios una serie de condicionantes a las exportaciones para garantizar que las que entraban en los países miembros no iban infectadas por la plaga.

Pero en los cultivos, estas nuevas plagas y enfermedades asociadas están provocando cuantiosos daños económicos y una menor competitividad con respecto a otros países por la reducción de las cosechas. La única opción que les queda a los agricultores es, según Faulí, es tratar de prevenirlas para minimizar su repercusión. Expertos de todo el mundo trabajan en los últimos tiempos contrarreloj en la búsqueda de soluciones para frenar sus efectos. En la estación experimental La Mayora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ubicado en la localidad de Algarrobo, la investigación se centra en las plagas y enfermedades que afecta a la horticultura intensiva y a la fruticultura subtropical. Y es que España es el único país europeo con una producción comercial significativa de frutas subtropicales y casi en su totalidad se concentra en las provincias de Málaga y Granada.

Este centro ya ha conseguido llevar a la práctica el control de algunas plagas como la que afecta al cultivo del aguacate mediante la lucha biológica. Pero, mientras tanto, la mayoría siguen su avance por el campo sin control.

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