Hacer más llevadera la estancia de los niños que están enfermos y tratar de dar la mayor normalidad posible a la hospitalización. Con esos objetivos, el Materno ha reconvertido una terraza que estaba en desuso en una zona de juegos para los menores ingresados o que acuden al centro sanitario a recibir atención."Aquí toma carne el compromiso con la salud. Seguiremos avanzando para hacer mejor la joya de la corona", esgrimió ayer la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, tras inaugurar el espacio. La dirigente socialista puso la iniciativa como ejemplo del compromiso de la Administración autonómica para "humanizar" la sanidad. Un proyecto similar ya se ha hecho realidad en Jaén.

La zona de juegos se ubica al lado de la ludoteca y simula una playa, con sus olas y su arena. Son 200 metros cuadrados que se suman los 300 de aquel espacio. Su acondicionamiento ha sido posible tras una inversión de 40.000 euros. El proyecto ha sido impulsado por la ONG La Varita Mágica de Merlín y ha contado con el apoyo del Sea Life de Benalmádena.

La presidenta resaltó la "fortaleza" de los padres que tienen niños ingresados y la "entrega" de los profesionales. "Aquí se les da vida y salud", comentó en su intervención ante una treintena de directivos del hospital y voluntarios de organizaciones que trabajan con los niños ingresados. Díaz hizo hincapié en la importancia de este tipo de iniciativas para que los niños pasen "de forma más llevadera" su estancia en un centro sanitario y la puso como ejemplo del empeño de la Junta por hacer los hospitales más "habitables y cálidos".

La presidenta se mostró muy cercana durante el acto. Primero saludó a los voluntarios de media docena de organizaciones que trabajan en el Materno para apoyar a los padres y a los niños durante su hospitalización. Entre otras Avoi, Cruz Roja, la Fundación Olivares, la Casa Ronald Mc Donald y la Fundación Alonso Quijano. Después, al personal del Materno. A continuación compartió un teatrillo organizado para los pequeños y basado en mensajes de protección al medio ambiente. A la presidenta le reservaron una silla entre los ñinos. Así que intercambió algunas palabras con los familiares, los trabajadores que los cuidaban e incluso con los pequeños.

Con Sonia, por ejemplo. Operada de corazón y que se quedó cortada al ver la rutina hospitalaria alterada por tanto revuelo. O Con José María, un niño de tres años y medio que lleva tres en el hospital y que se aferraba al coche que le habían dado como si fuera un tesoro. Una enfermera apuntaba que la zona de juegos es mucho más que ocio. Es salud porque muchos permanecen ingresados durante meses. Así podrán pasar ratos al aire libre, recibir algo de sol y olvidarse un poco de su enfermedad.