Las temperaturas comienzan a subir y las medusas vuelven a Málaga. En la jornada de este sábado se están viendo afectadas las playas de la costa occidental y de la capital. Benalmádena, Fuengirola, Torremolinos, Marbella y Málaga capital son las zonas de la provincia que actualmente se encuentran en aviso amarillo por la presencia de estos invertebrados en sus playas.

Con unas olas de 0,85 metros y bandera amarilla, según la aplicación Infomedusa, las playas que se están viendo afectadas en Benalmádena son Arroyo de la Miel, Bil bil, Carvajal, Fuente de la Salud, Malapesquera, Playa Bonita, Santa Ana, Sunset Beach y Torrevigía. En Marbella, el nivel medio solo está indicado en la playa Guadalmina y en Torremolinos en El Bajondillo, La Carihuela, Los Álamos y Playamar.

Asimismo, otras zonas que se están viendo muy afectadas son Málaga capital y Fuengirola. Los Baños del Carmen, Arroyo de Totalán, El Candado, El Chanquete, El Palo, Fábrica del Cemento, Guadalhorce, Guadalmar, Huelin, La Araña, La Caleta, La Malagueta, Pedregalejo, La Misericordia, Peñón del Cuervo, Playa del Campo de Golf, Sacaba, San Andrés, los Boliches-Las Gaviotas, Carvajal, Castillo, Fuengirola, Las Gaviotas, Playa canina, San Francisco, Santa Amalia y Torreblanca son las 27 playas que ambos municipios mantienen en aviso amarillo por medusas.

Mapa con los avisos por medusa en las playas de Málaga.

En cambio, la situación es totalmente diferente al observar las playas de la costa oriental, ya que en todas el nivel de medusas está en verde y su riesgo es bajo.

Asimismo, en la aplicación no se ofrece información de qué tipos de medusas se encuentran en las costas malagueñas estos días, pero las más frecuentes son Velella velella, Aurelia aurita, Rhizostoma Luteum, Pelagia noctiluca, Chrysaora hysoscella y Physalia physalis. El año pasado, que fue un verano de importante presencia, fueron dos las especies de estos invertebrados que más se vieron en Málaga. Por un lado, está la Pelagia noctiluca, también llamada medusa clavel,  que miden 20 centímetros, son de color rosado rojizo y su peligrosidad es alta, y por otro, se encuentra la Rhizostoma Luteum, que es la medusa más grande del Mediterráneo y su picadura es menos peligrosa.

Los primeros cuidados tras recibir una picadura urticante de una medusa se dirigen a inactivar los cnidocitos que hayan podido quedar adheridos a la zona afectada, mitigar el dolor y desinfectar las lesiones. En Infomedusa insisten en que lo más importante es lavar la zona con agua marina, nunca dulce, y no rascar ni frotar la zona afectada con ningún objeto o superficie.