Playas para discapacitados en Málaga | Programa de acompañamiento

Un inicio bañado en quejas

  • Las playas de La Misericordia y El Dedo retoman el programa de acompañamiento a discapacitados

  • Los usuarios, descontentos por el retraso y la gestión

Dos monitores arrastran la silla anfibia para introducirla en la playa

Dos monitores arrastran la silla anfibia para introducirla en la playa / Álvaro Cabrera (Málaga)

Tres, dos, uno... ¡patata! Tras unos cálidos abrazos de bienvenida y una foto para rememorar el encuentro, las personas con discapacidad han podido disfrutar del que, para muchos, será el primer chapuzón del año. La pasada tarde del viernes se iniciaron en la playa de La Misericordia los servicios de acompañamiento al mar dirigido a personas con discapacidad y movilidad reducida, a la que se sumó ayer la de El Dedo. Ambas constituyen los dos puntos en los que se ofrecerá atención al baño como parte del programa Disfruta la Playa, que esta temporada ha comenzado con 21 días de retraso y un número menor de monitores al habitual.

Lali Blázquez es malagueña y usuaria habitual de este punto asistido, al que lleva acudiendo nueve años. “Estábamos ansiosos de que empezara porque nuestro verano comienza cuando abren la carpa”, cuenta Blázquez haciendo referencia a la zona de descanso que habilita el Ayuntamiento cada año. Además, explica que el baño beneficia a su salud, por lo que no duda en asegurar que vendrá todos los días hasta el final de la temporada. Sin embargo, se lamenta de que el servicio se fije para una fecha tan tardía, ya que en otras zonas de la costa ofrecen un servicio similar desde mayo.

A Adela Caro también le gusta aprovechar el mar, algo que sin el personal de acompañamiento no podría hacer. “Aunque tengamos las sillas si no vienen los chicos es como si no tuviéramos nada”, dice Caro, que halaga el trabajo que hacen los monitores. “Te atienden muy bien. Además están contigo todo el tiempo, te dan conversación y te animan”, comenta tras explicar cómo ayudan a bañarse a los usuarios, que son acompañados durante todo el baño por dos personas.

La salud es uno de los motivos, además de la compañía, que los lleva a trasladarse hasta la playa. “Aparte de divertirte, vengo porque el agua del mar viene muy bien para mi salud”, afirma el malagueño Antonio Rando, que padece esclerosis múltiple y asegura que cuando se baña “se siente mejor”. Pero no solo los malagueños disfrutan del servicio. Pablo Terrón, de Toledo, lleva asistiendo tres años y aprovecha cuando puede para escaparse a la ciudad. “El año pasado estuve 43 días y este año ya estoy desde el primer día”, dice Terrón.

Todos están satisfechos con el servicio que ofrece el Ayuntamiento, pero les preocupa la falta de personal especializado y el gran retraso de este año, que esperan que sea compensado con una prolongación de las prestaciones hasta finales de septiembre y no hasta el día 15, como está estipulado. Juan Bejar ha acompañado a su madre de 92 años, su hermano, que ha perdido la vista, y a su hermana, que tiene una discapacidad, durante más de diez años. Bejar reivindica una mayor asistencia a los usuarios y un personal capacitado para no dejar al descubierto ninguna necesidad.

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