Explosión en una vivienda de Benalmádena

"El hombre estaba ardiendo. Era cuestión de minutos, a vida o muerte"

  • Un policía local fuera de servicio fue el primero en llegar a la vivienda afectada tras oír una explosión

  • Una vecina le lanzó una manguera y se afanó en luchar contra las llamas 

Bomberos de Benalmádena

Bomberos de Benalmádena

"Abrieron desde dentro. Era el dueño del inmueble en el que se había producido el fuego. El hombre estaba ardiendo, iba a cuatro patas. Estoy acostumbrado a ver cosas feas pero aquello era horrible, dantesco". El testimonio es de Enrique Márquez, un policía local del municipio que se encontraba fuera de servicio cuando contribuyó la semana pasada al rescate de la víctima del incendio de una vivienda de Benalmádena pueblo en la que habían explotado unas bombonas. El propietario, de 59 años, tuvo que ingresar por la gravedad de su estado en la Unidad de Grandes Quemados del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla.

Enrique fue el primero en llegar al inmueble, en la avenida Juan Luis Peralta, donde se había registrado la deflagración. Minutos después lo hizo otro hombre, que también intervino. El policía pasaba justo por debajo de la casa cuando escuchó una explosión. En ese instante, comenzaron a "lloverle" cristales. Tuvo la suerte, expresa, de que llevaba el casco puesto y la chaqueta de la motocicleta. "No sabía cuánta gente había dentro. Pero lo primero que pensé es que tenía que haber niños y que tenía que arreglar esto. Era cuestión de minutos, a vida o muerte", narra.

"Lo primero que pensé es que tenía que haber niños y que tenía que arreglar esto. Era cuestión de minutos, a vida o muerte"

Eran las 4 de la tarde cuando el agente, que está de baja médica y volvía de recibir unas sesiones de rehabilitación, fue requerido por una vecina que le advertía que la vivienda estaba en llamas. "Le pedí una manguera y empecé a echar agua desde fuera en la cocina, donde estaba el foco del incendio. Me decían que había gente dentro pero no había forma de abrirles", relata el policía.

Según su testimonio, la onda expansiva había roto el tabique de las dos casas colindantes. A la derecha vivía un matrimonio con tres niñas pequeñas, que habían quedado atrapados. Las llamas no le permitían salir. Enrique se afanó en seguir echando agua hasta que el padre de las menores logró sacar a sus hijas.

Una vez puestas a salvo, continuó intentando acceder a la vivienda en la que se originó el incendio. Fue entonces cuando asistió a una escena que le costará olvidar. El dueño salía en llamas, que trataba de sofocar con la manguera. Enrique llamó a sus compañeros de la Policía Local para que pidieran una ambulancia y acudieran los bomberos. También se personaron efectivos de la Policía Nacional.

El alcalde, Víctor Navas, no tardó en llegar para interesarse por lo ocurrido. "Si el gas no tiene vía de escape se condensa dentro del habitáculo y se produce el chispazo", explica Enrique, que asegura que no es la primera vez que actúa en otros incendios similares.

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