El cambio de modelo productivo y la siniestralidad laboral han centrado los actos del Día Internacional del Trabajo en Málaga, en una manifestación organizada por los sindicatos CCOO y UGT.

Unos 7.000 manifestantes, según la organización -entre 2.500 y 3.000 según la Policía Local-, recorrieron las calles del centro de la capital con el lema "Es el momento de la igualdad, el salario digno y la inversión productiva", con el objeto de reivindicar soluciones a los conflictos laborales, sociales y económicos de la provincia.

Ambas centrales sindicales han coincidido en la precariedad laboral que afecta a los trabajadores de la provincia, sobre todo al sector de la construcción, que además pasa por una crisis "que ha dejado un modelo económico altamente especulativo, por lo que exigimos inversión productiva", ha asegurado a los periodistas el secretario general de CCOO en Málaga, Antonio Herrera.

Por su parte, UGT ha reivindicado "la siniestralidad laboral en Málaga, ya que muchos malos empresarios juegan con la seguridad a cambio de la muerte de trabajadores", ha afirmado su secretario general en Málaga, Manuel Ferrer, que además ha añadido que les "ponen en una ruleta y al que le toca, muere".

En cuanto a los conflictos laborales de la provincia, los portavoces de sendos sindicatos se han referido a la crisis del transporte de viajeros, las grúas, el problema de Vialia o a la situación de Vitelcom.

En general, las organizaciones han demandado soluciones en torno a la discriminación de la mujer, los jóvenes, los inmigrantes y los salarios bajos, "que siempre cuestan a los trabajadores pagarlas, mientras que otros se enriquecen y no aportan nada para paliar la crisis", según ha comentado el dirigente de UGT.

A la manifestación han acudido representantes de IU, del PCE, de la CGT y de la UPA; así como la delegada de Igualdad y Bienestar Social, Amparo Bilbao; el delegado de Empleo, Juan Carlos Lomeña; la secretaria provincial del PSOE de Málaga, Marisa Bustinduy y un grupo de trabajadores de Vitelcom.

El acto se ha iniciado en la Alameda de Colón a las 11:00 de la mañana y ha terminado en la Plaza de la Constitución, donde finalmente no se ha producido la lectura de un manifiesto, en un principio previsto.