Málaga

Las promesas que se ha llevado el agua

  • Las administraciones competentes no han hecho en diez años ninguno de los proyectos para aprovechar los recursos

Más de 13 años después de la última sequía que padeció Málaga, la historia se vuelve a repetir. Ni el Gobierno central, primero, ni la Junta de Andalucía, después, parece que hayan aprendido nada en este tiempo y todos los proyectos que se plantearon entonces cargados de buenas intenciones para aumentar las reservas hídricas de la provincia han caído en saco roto. El desembalse esta semana de cuatro hectómetros cúbicos del pantano de La Concepción, mientras la capital y la comarca del Guadalhorce sufren uno de los peores periodos secos de su historia, ha puesto nuevamente en entredicho la falta de planificación que siempre ha rodeado la gestión de las políticas hidráulicas en esta cuenca.

De los diez proyectos que incluía el llamado Plan Málaga, diseñado por la extinta empresa estatal Aguas de la Cuenca del Sur (Acusur) para ampliar la capacidad de almacenamiento hídrico de la provincia en 1999 cuando las competencias estaban en manos del Gobierno central, no se ha hecho más que la desalobradora de El Atabal en Málaga capital.

Del resto no se sabe nada. Pero las dos veces en un sólo año en las que la presa de La Concepción ha tenido que abrir sus compuertas para aliviar agua mientras el resto de la provincia se encuentra al límite han vuelto a abrir el debate sobre la conveniencia de recrecer este embalse.

A pesar de que la Junta de Andalucía rechazó de plano este proyecto cuando asumió las competencias en 2005, un año después rectificó y anunció que retomaría la idea pero con algunas reservas. El director gerente de la Agencia Andaluza del Agua, Joan Corominas, condicionó su puesta en marcha a terminar la desaladora que se proyecta en Mijas para tener garantizado el abastecimiento de la Costa del Sol occidental mientras duraran las obras.

Pero el proyecto que redactó Acusur no convencía y la Junta encargó a sus técnicos que realizaran un estudio, valorado en más de dos millones de euros, para revisar el original y no tener que vaciar la presa por completo para aumentar su capacidad en casi 40 hectómetros cúbicos.

Ya ha pasado un año y el director general de la Cuenca Mediterránea Andaluza, Antonio Rodríguez Leal, aseguró ayer que aún no ha terminado ni existe plazo para hacerlo, ya que hasta que no se acabe la desaladora de Mijas "no estaremos en condiciones de impulsar el recrecimiento".

Para que esto ocurra habrá que esperar, al menos, otros dos años. Las obras de la nueva desaladora de la Costa, que estaba previsto que entrara en funcionamiento a finales de este año, ni siquiera han sido adjudicadas y en el escenario más optimista no estará lista hasta el verano de 2010.

Lo más curioso es que cada vez que el pantano de La Concepción se llena -un hecho que ha ocurrido varias veces durante esta sequía debido a su escasa capacidad de almacenamiento- hay que reducir al mínimo la producción de la desaladora de Marbella que abastece a la zona.

Desde que acabó el verano sólo funcionan tres de las ocho líneas de producción que tiene la planta. O lo que es lo mismo sólo está produciendo diariamente 20.000 metros cúbicos de los 70.000 que hacen falta para abastecer a la población de la Costa. El problema es que la desaladora de Mijas permitirá disponer de 20 hectómetros cúbicos más al año, que no podrán aprovecharse si no se recrece la presa.

El presidente de la Mancomunidad de Municipios de la zona, Juan Sánchez, ha tomado buena nota de la situación y ya ha advertido que convocará en breve una junta de portavoces para abordar el recrecimiento de la presa de río Verde y exigir a la Junta que lo impulse. Pero no a cualquier precio, ya que considera que "no puede servir de pretexto para hacer más viviendas en la zona".

También cayó en el olvido la nueva conexión entre la Costa occidental y Málaga capital, un proyecto que permitiría transportar hasta 1.500 litros por segundo en ambos sentidos en caso de emergencia. Nunca se ha llegado ni siquiera a plantear.

Las obras que ahora pretende ejecutar por la vía de urgencia la Cuenca Mediterránea Andaluza en la conducción actual, y que no estarán terminadas hasta el verano de 2009, sólo permitirán trasvasar un caudal máximo de 250 litros por segundo.

Pero mientras tanto, la capital no tendrá más remedio que hacer frente a la situación con los pocos recursos hídricos de que dispone. El rechazo definitivo de los municipios del Guadalhorce para construir el azud previsto en Cerro Blanco echó por tierra la posibilidad de aprovechar cada año 15 hectómetros cúbicos de los excedentes invernales del río Grande.

El proyecto estaba incluso adjudicado cuando los alcaldes de la comarca, que habían firmado en agosto de 2006 un acuerdo con el Ayuntamiento de Málaga y la sociedad estatal Acuamed para hacer la obra, se opusieron por la presión que ejercieron los vecinos y los grupos ecologistas.

No hay más que echar un vistazo a los datos de la propia Cuenca Mediterránea Andaluza para darse cuenta del déficit de infraestructuras hidráulicas actual. De los 1.200 hectómetros cúbicos de agua que la provincia dispone anualmente los pantanos sólo pueden regular 600, lo que pone en jaque a Málaga cada vez que llega un periodo seco como el que ya dura cuatro años.

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