Málaga ha sido, es y será un destino turístico de sol y playa. Pero eso no quiere decir que los millones de viajeros que vienen a la provincia no disfruten visitando El Torcal, haciendo espeleología en la Cueva del Gato o comiendo un buen plato de migas en algún pueblo blanco. Los municipios del interior se han subido al carro del turismo en los últimos años buscando atraer a aquellas personas que no se conforman con pasar diez horas tiradas en la playa y cenar en un chiringuito. Los datos así lo demuestran. En 2007 había 1.045 alojamientos turísticos en el interior de la provincia, lo que supone un crecimiento del 42% respecto al año 2004. Más de la mitad de esos alojamientos corresponden a viviendas turísticas de alojamiento rural. Todos esos alojamientos -que incluyen apartamentos, campings, casas rurales, hoteles, hostales, pensiones y viviendas- sumaron el año pasado un total de 17.015 plazas, un 30,1% más que en 2004, según los datos del Observatorio Turístico del Interior realizado por el Patronato de Turismo de la Costa del Sol y que fue presentado ayer a los medios de comunicación y a los alcaldes de los municipios. La Serranía de Ronda y la Axarquía acaparan el 63% de los establecimientos y el 52% de las plazas.

Ese incremento de plazas se ha visto compensado con un aumento de viajeros y, por lo tanto, de ingresos. Según el informe, en 2007 visitaron los pueblos del interior 822.000 turistas, el 8,6% del total de viajeros que llegaron a Málaga, y 1.902.000 excursionistas, por lo que entre ambos sumaron 2,7 millones de visitantes. Los turistas se dejaron 339 millones de euros y los excursionistas 69,2 millones, arrojando un impacto económico total de 408,3 millones de euros, casi la décima parte de los ingresos totales de la provincia en materia turística.

Pese a ese volumen de ingresos, el turista de interior no se caracteriza por tirar la casa por la ventana. De hecho, el 63% de los turistas señala que se gastan menos de 600 euros en el destino, contabilizando un presupuesto medio de 577,8 euros. El alojamiento se lleva el 38,7% de ese presupuesto, seguido de las comidas y compras (25%), el transporte (20,5%) y otros. En el conjunto de turistas, incluyendo los de sol y playa, el presupuesto medio asciende a 855 euros. Sin embargo, el llamado gasto diario de bolsillo es mayor en los turistas de interior que en los de costa, siendo en los primeros de 49 euros y en lo segundos de 40 euros el pasado año.

Salvador Pendón, presidente del Patronato de Turismo, destacó ayer que es necesario "apostar por una oferta integrada entre el turismo litoral y el de interior", y valoró muy positivamente este último ya que "la degradación medio ambiental es mínima en comparación con la costa". Pendón aseguró que "el turismo genera empleo y riqueza y tiene la virtud de que los ciudadanos se pueden quedar a trabajar en sus municipios y no tengan la necesidad de irse a la costa", si bien precisó que esos empleados "necesitan una mayor formación para ser más productivos y consolidar la oferta".