Málaga

La quiebra de la constructora vuelve a lastrar la obra de la calle Cuarteles

  • Imaga, adjudicataria de la última fase de la reurbanización de la vía, presenta concurso de acreedores y abandona los tajos · Urbanismo espera que los trabajos estén culminados para antes de Semana Santa

La obra de reurbanización de la calle Cuarteles se eterniza. A los numerosos retrasos que viene acumulando el proyecto desde que fuese impulsado por el Ayuntamiento a mediados de 2009, se suma ahora la quiebra económica de la empresa a la que fue adjudicada la segunda fase de la intervención, Imaga, que recientemente ha presentado ante el juez el concurso de acreedores. Esta circunstancia va, irremediablemente, a postergar más aún los trabajos de acondicionamiento de la vía, extremo que algunos vecinos de la zona ya han puesto de manifiesto en los últimos días ante la ausencia de operarios en la calle.

El paso adoptado por la constructora fue confirmado ayer a este periódico por fuentes de la compañía, que constataron el mal momento económico por el que atraviesa, y por el concejal de Urbanismo, Manuel Díaz Guirado, quien dijo haber tenido conocimiento la pasada semana. Lo que no supo fue precisar con exactitud qué tiempo se demorará el reinicio de los trabajos. De hecho, eludió hablar de retrasos y confió en que "la próxima semana esté solucionado el problema".

La baja de Imaga abre un escenario de cierta incertidumbre para el Consistorio. El edil del PP dijo que una vez conocida la decisión de la adjudicataria es factible que sea la propia empresa la que proponga una nueva firma a la que ceder la finalización del proyecto, dado que el mismo se encuentra ejecutado por encima del 20%. Actualmente, la obra alcanza, según Díaz Guirado, el 60%, estando prevista su culminación para antes de Semana Santa, que se inicia este año el próximo 17 de abril. La otra opción que se baraja es la de acudir directamente a la segunda empresa que mejor oferta presentó en el concurso público.

Pero ninguna de estas vías es garantía de inmediatez si se tienen en cuenta algunos precedentes. Por ejemplo, la cesión a otra compañía fue la fórmula empleada en los trabajos del Palmeral de las Sorpresas, en el muelle 2 del puerto, ante las dificultades de la adjudicataria original, Tiferca. El paso del proyecto a Heliopol, actual responsable de la intervención, supuso un lapso de varios meses.

El segundo supuesto, el de acudir a la segunda empresa mejor posicionada en el concurso, es el que utilizó la propia Gerencia de Urbanismo con las obras de remodelación de la carretera de la Azucarera, contratadas por más de 4 millones de euros a Teconsa, que tras varios meses de obras abandonó el tajo por problemas económicos. En este caso, los operarios no regresaron a los tajos hasta pasados cuatro o cinco meses. En este escenario, a los vecinos y comerciantes de Cuarteles no les queda más que armarse nuevamente de paciencia. Virtud de la que vienen presumiendo desde hace casi seis años al verse atrapados en un punto afectado de manera continuada por los trabajos de construcción del aparcamiento de la calle Salitre (que se inició en abril de 2005 y culminó a finales de 2008); la ampliación por parte del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) del túnel de Cercanías, y las posteriores fases de reurbanización de la calle, aún inconclusa.

La primera etapa de la mejora de la calle Cuarteles correspondió a Adif, que tras acabar la ampliación del túnel del tren, repuso la superficie con un diseño dotado de amplias aceras y un menor número de carriles para tráfico, un modelo que se iba a extender al resto de la vía. Tras el paso dado por el organismo estatal, entre la Explanada de la Estación y la calle Plaza de Toros Viejas, quedaba en manos del Consistorio el resto del trazado hasta Pasillo del Matadero. Para acometer la tarea, el equipo de gobierno del PP quiso aprovecharse de la primera convocatoria de los fondos estatales para la creación de empleo, el denominado Feil, para ejecutar la reurbanización de este último tramo, para lo que dispuso de 423.000 euros.

Sin embargo, errores en la planificación y en el proyecto de actuación hicieron que la cuantía económica solicitada fuese absolutamente insuficiente para acometer al completo la intervención, hasta el punto de que solo se pudo actuar sobre un pequeño segmento del tramo. Una circunstancia que obligó a los responsables municipales a acudir a la segunda convocatoria de estos fondos para disponer de otros 530.000 euros para poder rematar la tarea. Al margen de la obra de la calle Cuarteles, Imaga fue adjudicataria de otra intervención financiada con los fondos estatales, la que permitió desarrollar el centro de formación para la dependencia, por 325.000 euros.

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