A primera hora de la mañana, una señora, con grandes dosis de humor, aseguraba que volver a casa cargada de bolsas no formaba parte de sus planes. Se desplazó hasta un centro comercial con la intención de entrar en una tienda de móviles, pero, al encontrársela cerrada, cayó en la tentación de visitar otro establecimiento, en este caso de ropa. "Es la segunda vez que me pongo en la cola para pagar. Esto no entraba en el programa. Ya no pienso comprar nada más", bromeaba.

Las tiendas dieron ayer el pistoletazo de salida oficial con descuentos de hasta el 70% a las rebajas de verano, marcadas de nuevo por la atonía del consumo, por una jornada que rozaba los 35 grados y por la ausencia de colas. Unos días antes, los comerciantes calculaban que cada malagueño invertiría de media entre 30 y 70 euros en la campaña de descuentos, una cifra que suponía un 10% menos con respecto al año anterior. Lo cierto es que los resultados que arrojó la primera jornada de ofertas comenzaron a aproximarse a las previsiones. De hecho, la mayoría de los comerciantes coincidía en que muchos de los consumidores con los que ayer contaba optaron por pasar el día en la playa junto a la familia. "El primer día ha estado muy flojo, sobre todo al arrancar. Las sandalias y los bolsos han sido los productos más demandados por los clientes, que se han gastado una media de 40 euros", afirmaba Pilar, empleada de una zapatería del centro, que ofrecía desde temprano descuentos de entre el 30 y el 60%.

La tendencia a adelantar descuentos y encadenar promociones desvirtúa en ocasiones las temporadas clásicas de bajos precios. La jornada de ayer no fue la excepción, sino que también restó en el arranque oficial de las rebajas el interés de los clientes que, unos días antes, habían aprovechado ya los descuentos anticipados de los establecimientos.

También en esta ocasión, el sector textil -ropa y zapatos en mayor medida- destacó como el producto estrella, mientras que los electrodomésticos y aquellas compras relacionadas con la tecnología perdían peso en el inicio de las rebajas, que ofrecen a los comerciantes la oportunidad de remontar las ventas del resto del año.

Desde Motril llegó un grupo de tres chicas con el objetivo de rebuscar entre las prendas más económicas. "Hemos salido a las 8:30 para desayunar en el centro comercial Larios y después fuimos al centro para comparar precios", indicaba María José. En su caso, solo llevaba un bolso y un vestido -ambos obtenidos a mitad de precio-. Almudena, otra de las amigas, confesaba que contaba con un presupuesto de 150 euros, aunque todavía no había encontrado nada que le convenciera del todo. Jéssica, la tercera de las jóvenes, comentaba que buscaba "lo que surgiera". Descartaba así productos de primera necesidad.

La queja más generalizada entre los compradores pasaba por que muchos de los artículos rebajados que las tiendas ofrecían formaban parte de temporadas anteriores, mientras que también mostraban su rechazo a los "bajos descuentos" en prendas que son propias del verano, como los biquinis. "Casi todos los artículos los habíamos visto antes y ahora aparecen sin rebajas", criticaba una madre, que, sin embargo, "había perdido la cuenta" de lo que gastó a lo largo del día, sobre todo en accesorios de baño destinados a las vacaciones.

"A tres o cuatro euros no puede llamarse descuento. Eso explica que, aunque no hayamos llegado a primera hora, no hubiera demasiada gente en las colas", se lamenta Lidia, quien lamenta que, en esta ocasión, solo dispone de unos 60 euros, la mitad respecto al año anterior.

Maribel, por su parte, se mostraba satisfecha con sus compras. "Me han encantado las promociones de El Corte Inglés, porque lo he conseguido todo al 50%", detallaba esta aficionada a la moda, orgullosa de haber terminado de pagar este año la hipoteca, lo que le permitiría "algunos lujos".

La costumbre más común es esperar a las rebajas para adquirir las prendas que ya habían fichado unos días antes. Es el caso de Antonio. "Siempre aguanto hasta estas fechas para ahorrarme un dinero, pero esta vez me compraré más cosas porque tengo una boda", afirmaba el joven, que dispone de unos 100 euros para invertir en las compras de saldos.

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