Málaga

De regreso a los confines marinos

  • Dos ejemplares de tortuga boba fueron liberados ayer en la bahía de Málaga tras permanecer casi un año en el Centro de Recuperación de Especies Marinas · Los ejemplares pueden alcanzar los 150 años

Después de recuperarse es hora de volver al hogar. Dos tortugas bobas fueron devueltas ayer al mar tras pasar aproximadamente un año en el Centro de Recuperación de Especies Marinas Amenazadas (CREMA). Los dos ejemplares llegaron al centro veterinario aquejados de diversas dolencias que hacían peligrar sus vidas en su hábitat natural.

La suelta de los ejemplares tuvo lugar ayer en alta mar a unas ocho millas de la costa de la capital y a unos 200 metros sobre el fondo del mar. Antes de zarpar las embarcaciones fletadas para la ocasión, los trabajadores del CREMA colocaron en la aleta delantera de los animales una placa de identificación para que en caso de varamiento se pueda saber si es un ejemplar reconocido.

A este acto acudió la delegada de Medio Ambiente, Remedios Martel. La delegada quiso destacar que era una satisfacción "poder recuperar una especie protegida y devolverla a su hábitat natural".

El primero de los ejemplares liberados fue encontrado por unos pescadores en la playa onubense de Punta Umbría con un anzuelo en la boca el mes de agosto del año pasado. Después de varios meses de observación en los que cicatrizaron las heridas, durante este verano se han mantenido a la espera de que el animal cogiera peso. Después de engordar kilo y medio y pasar de manera óptima las últimas revisiones veterinarias se dio el visto bueno para su vuelta al mar.

La otra tortuga era un macho que llegó a Málaga desde Cádiz cuando un particular avisó de sus dificultades para sumergirse en el agua. Tras un análisis descubrieron la presencia de gas en el interior de una de las cavidades. Durante su estancia en el CREMA y hasta la fecha de su vuelta al mar, el ejemplar engordó dos kilos y medio.

Las tortugas bobas o Caretta caretta reciben este nombre porque son presas fáciles para las artes de pesca. Son animales que se alimentan principalmente de pescado, pero a la vez son muy torpes en la captura por lo que recurren a acercarse a los anzuelos o a las redes de pesca lo que hace que aumente el riesgo de ser capturada.

Otro de los grandes riesgos de estos animales es la presencia de basura en el mar. En ocasiones ingieren bolsas de basura, que confunden con las medusas que son parte de su dieta, lo que le provoca la asfixia. El 85% de las tortugas que se encuentran en las costas andaluzas pertenecen a esta especie. Además de por su gran tamaño, están caracterizadas por su longevidad ya que pueden alcanzar hasta los 150 años de edad.

La Consejería de Medio Ambiente ha atendido en lo que va de año 319 llamadas relacionadas con el varamientos de 150 cetáceos y 127 tortugas a lo largo de toda la costa andaluza. Estas llamadas se reciben a través del Servicio de Emergencia del 112 al cual se puede dirigir cualquier ciudadano que tenga constancia de la existencia de un varamiento.

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