La nada reina en la antigua cárcel

La antigua cárcel que se levanta en el barrio de Cruz de Humilladero mantiene intactos sus muros, los habitáculos por los que hasta mediados de 2009 se paseaban los presos de tercer grado... Pero en su interior reina la nada. El vacío es el único inquilino de un inmbueble que tras ser demandado por el Ayuntamiento para darle uso, permanece olvidado. Un año después de que estas instalaciones, que suman del orden de 14.000 cuadrados de superficie, pasasen formalmente a ser propiedad del Consistorio, las mismas no encuentran acomodo en los numerosos y ambiciosos planes del equipo de gobierno del PP.

Iba a ser un centro destinado a los vecinos; iba a ser un centro dedicado a la memoria histórica; iba a ser asentamiento una universidad privada. Iba a ser todo eso pero por el momento no es nada. Los hechos constatan la incapacidad real del Ejecutivo encabeza por Francisco de la Torre para dar uso esta tradicional construcción de la urbe, abierta en 1933 y que fue cerrada en agosto de 2009. Y todo porque actuar sobre este edificio obliga a desembolsar una cuantía económica que nadie parece estar en disposición a hacerlo. Ni los agentes privados que apuntaron en su dirección ni el propio Ayuntamiento, que mira escuálidas sus arcas.

Fuentes municipales apuntan ese motivo como la clave para que ningún actor privado haya formalizado un uso claro para la antigua prisión. Los informes elaborados en su momento por los técnicos de la Gerencia de Urbanismo señalaban que serían necesarios unos cuatro o cinco millones para intervenir sobre el edificio, dinero que nadie parece tener.

El deseo real del regidor es que albergue una universidad privada. Y muestra de ello es que públicamente ha admitido contactos con la Universidad Católica de Murcia y la Universidad Europea de Madrid para que desembarquen en la capital de la Costa del Sol, sin que en ninguno e los casos se haya materializado. Ayer mismo reconocía que los intentos siguen sin fructificar. Y a pesa de ello insistió en que son varios los posibles destinos que se están analizando en la Casona del Parque para estas instalaciones, si bien eludió "vender humo". Lo que sí reconoce es que "no ha vuelto a tener noticias" de la UCAM, en la que tantas esperanzas puso. "Siempre hay ideas, pero estas cosas llevan su tiempo y más en unos momentos en los que la colaboración público-privada no es tan fácil", añadió.