Málaga

¿Dónde están los respiradores fabricados en Málaga?

  • Se encuentran almacenados en una nave de Antequera “a disposición de la sanidad pública de Andalucía” y se consideran una “reserva estratégica”

El presidente de la Junta de Andalucía durante su visita a la fábrica de Fujitsu en Málaga, en abril de 2020.

El presidente de la Junta de Andalucía durante su visita a la fábrica de Fujitsu en Málaga, en abril de 2020. / M. H.

¿Qué pasó con aquellos respiradores diseñados y fabricados contrarreloj en Málaga en plena primera ola de la pandemia? ¿Aquellos equipos fruto de la capacidad de investigadores, ingenieros y médicos de Málaga que el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, definió como “realidades contundentes que deben se una palanca que impulse nuestra tierra”?

En la actualidad, estos aparatos –que costaron unos 675.000 euros– están almacenados en un depósito logístico en una nave de Antequera, “a disposición de la sanidad pública de Andalucía”.

Fueron diseñados como una “respuesta de emergencia” ante la falta de respiradores por profesionales del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (Ibima), profesores de Ingeniería de la Universidad malagueña y médicos de los hospitales Regional y Clínico. Luego fueron fabricados por Fujitsu, en su planta de esta ciudad. Se hicieron 300, de los que una treintena finalmente fueron cedidos a Ecuador. El resto sigue en la nave de Antequera porque aquella ola cedió y ahora no son necesarios.

Cuando se le pregunta al alma mater del proyecto, el cirujano cardiovascular Ignacio Díaz de Tuesta, sobre el destino de estos aparatos –ahora que la presión en los hospitales ha bajado y que hay más respiradores de los convencionales que hace un año– responde que eso es un asunto de gestión política.

Pero deja muy claro que constituyen una “reserva logística y estratégica por si hubiera una nueva hecatombe” causada por otras cepas del Covid o por otros virus. “Sería suicida no tener esa reserva estratégica. Hay que tener una reserva por si las cosas se van de madre”, acota. Y precisa que Estados Unidos, por ejemplo, tiene unos 20.000 respiradores sin uso precisamente como colchón para una emergencia sanitaria.

El facultativo asegura que están “en perfecta situación de uso para cuando haga falta” y que no es un error que estén en un almacén. Porque recuerda que cuando ocurre una pandemia, el problema es que muchas administraciones quieren comprar a la vez esos aparatos y la industria no dispone de capacidad suficiente de suministro. Más o menos, como ha ocurrido con las vacunas.

El prototipo creado a partir del diseño de Ignacio Díaz de Tuesta. El prototipo creado a partir del diseño de Ignacio Díaz de Tuesta.

El prototipo creado a partir del diseño de Ignacio Díaz de Tuesta. / M. H.

Insiste en que los equipos diseñados y fabricados bajo el paraguas de Andalucía Respira fueron “una solución de emergencia”. Frente a los respiradores convencionales, que comparó con un coche “Mercedes”, los participantes en el proyecto construyeron “un Seat 600”; con lo más básico. “Pero es una opción para [salvar vidas] cuando se agotan los Mercedes”, ejemplificó.

Desde la Administración sanitaria, ante la consulta de Málaga Hoy sobre el destino de esos equipos señaló:“Se fabricaron durante la primera ola, de manera urgente ante las expectativas de que no hubieran respiradores convencionales. Andalucía y su I+D supo responder. Dichos respiradores cuentan con la autorización de la AEMPS [Agencia Española del Medicamento]. Este organismo autoriza el uso de este dispositivo siempre y cuando no hayan convencionales disponibles. En estos momento se encuentran a disposición del sistema sanitario público de Andalucía para cuando sea necesario”.

Díaz de Tuesta apuntó que con la crisis epidemiológica registrada en la India a cuentas del virus, Andalucía le ofreció parte de esos aparatos. Pero al final no se le cedieron porque la sanidad del país asiático precisaba en realidad botellas de oxígeno, que era una necesidad más básica aún que la de respiradores.

Blanca Hermana, CEO de Dento Ten España [antigua Fujitsu], recuerda que la empresa fabricó los 300 respiradores “de forma altruista” para la Junta de Andalucía. “No cobramos ni el diseño de línea ni la fabricación”, afirma. Se vendieron a la Administración autonómica al precio simbólico de un euro. Fue la forma de esta empresa de arrimar el hombro en la pandemia.

Por su parte, Víctor Muñoz, catedrático de Universidad del área de Imagen de Sistemas y Automática de la UMA –que también fue una pieza clave en el proyecto junto con el profesor titular de ese área, Carlos Pérez del Pulgar– destaca que los aparatos se construyeron en “17 días”. Y se enorgullece:“La NASA tardó más...”

Recuerda que el 17 de marzo de 2020 lo llamaron desde Ibima con el reto. De inmediato, se pusieron a buscar los componentes necesarios en los hospitales y los polígonos para hacerlos una realidad. Esos modelos son “respiradores compasivos”, para mantener vivos a los pacientes y aliviar el estrés de los profesionales. Equipos que respiran por el enfermo cuando está en una situación clínica extrema, pero que vienen a ser rígidos en su funcionamiento.

Ahora, avanza que están trabajando en el prototipo de un respirador inteligente que se adapte al paciente de modo que acompañe su evolución. Es decir, como si fuera flexible, según lo que necesite cada enfermo y en cada momento.

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