Málaga

El centro tecnológico de Adif en Málaga capta una inversión de 36 millones

  • El CTF, inaugurado en 2010, tiene acuerdos con una treintena de empresas nacionales e internacionales y 93 proyectos en marcha · Se investiga la recarga de coches eléctricos o la mejora del AVE La Meca-Medina

El Centro de Tecnologías Ferroviarias (CTF), creado por el organismo público Adif e inaugurado a finales de 2010 en el Parque Tecnológico de Andalucía, quiere convertirse en uno de los principales centros mundiales de investigación sobre el sector ferroviario y, pese a su juventud, ya está dando pasos importantes. Ha suscrito acuerdos con más de una treintena de empresas nacionales e internacionales, desde Málaga se coordina el resto de infraestructuras de I+D de Adif en España, se están impulsando avances en aspectos novedosos como la recarga de vehículos eléctricos a través de la energía obtenida de los trenes, o se están investigando aspectos de la futura línea entre La Meca y Medina (Arabia Saudí) que harán empresas españolas. El centro, de hecho, ya se ha quedado pequeño pues partía con un edificio de 3.200 metros cuadrados y ha sido necesario ocupar otros 1.000 metros en un recinto anexo en el que, según Miguel Ríos, director de Estrategia y Desarrollo, "ya están ocupados todos los espacios".

Indra y Acciona fueron las primeras empresas en entrar en 2010. Hoy en día hay más de una treintena de compañías y se prevé que el 27 de junio se sume al proyecto IBM. En estos momentos trabajan en el centro 90 ingenieros (informáticos, de caminos o industriales, entre otros) porque las empresas están incorporando al personal de forma escalonada. El objetivo último es que haya 270 ingenieros, por lo que ahora está a un tercio de su capacidad. En el CTF se están desarrollando 93 proyectos de investigación de los cuales 49 cuentan con la participación de Adif y 44 pertenecen al resto de empresas. La inversión realizada en 2012 asciende ya a 36 millones de euros.

Adif tiene abiertas varias líneas de investigación. Una de las más conocidas es la Ferrolinera, un proyecto que analiza la instalación de puntos de carga de baterías para coches eléctricos en las estaciones ferroviarias y centros logísticos de Adif aprovechando la energía recuperada de la tracción de los trenes. Dispone de un presupuesto de 2,5 millones de euros y también participan la Universidad de Málaga o Isofotón, entre otros.

Otro proyecto que llama la atención es FerroSmartGrid, que intenta crear la primera red eléctrica ferroviaria inteligente junto a Indra, Telvent o Inabensa, entre otros, por 8,8 millones de euros. El sistema Da Vinci es de creación nacional, gestiona la alta velocidad española y actualmente está implantado en Reino Unido y Colombia y, en breve, en Marruecos o Lituania. Adif, junto a otras firmas, está mejorando este sistema desde Málaga.

La lista de proyectos es numerosa y algunos de ellos son solo descifrables por los expertos. Términos como Ertms, SDH, LTE o ITS son frecuentes. Cosas de ingenieros. No obstante, en otros casos es más fácil. Ríos explica que empresas españolas harán la vía, las instalaciones, el centro de control de tráfico, el mantenimiento y la explotación durante 12 años de la línea AVE entre La Meca y Medina por 6.700 millones de euros. La obra no será sencilla y en Málaga se estudiarán soluciones para, por ejemplo, detectar la rotura de los carriles o problemas por la acumulación de arena en la vía al estar en pleno desierto. También se está haciendo un consorcio español para intentar ganar el concurso de la línea AVE entre Moscú y San Petesburgo por 14.000 millones de euros, aunque éste aún no se ha ganado. Si se obtuviera es más que probable que parte del I+D se haga en Málaga.

En el centro hay laboratorios para estudiar tanto la tecnología de comunicaciones GSM-R como para sistemas inteligentes de transportes TIC. La construcción de un anillo ferroviario de pruebas en Antequera permitiría reforzar el nivel investigador del centro pero ese es ahora un tema tabú porque, aunque está proyectado, se desconoce si se hará o no.

Mientras tanto se siguen poniendo en marcha iniciativas. Están montando un laboratorio a escala real que se llama Living Lab y servirá para probar la accesibilidad de los pasajeros al tren desde la vía. Ya se ha instalado parte de la infraestructura y queda por traer un vagón o pantallas de información. La idea es probar todo lo relacionado con el acceso al tren del pasajero, analizando diversas alturas. Se espera que esté operativo en septiembre.

Ríos subraya que la multinacional TJ H2Bva a instalar en una nave de 150 metros cuadrados su delegación para Europa. Pondrá un laboratorio de análisis de aceites para transformadores eléctricos y estarán ubicados a finales de año.

Este diario, acompañado por Ríos, dio un paseo por las instalaciones. Nos encontramos, por ejemplo, con Vladimir Osorio, un técnico de Acciona, que nos explica que están estudiando la aplicación de material reciclado para eliminar vibraciones en el tren o en el Metro. También investigan cómo usar barras de resina en lugar de acero para que pesen menos y se vean menos afectadas por la corrosión.

Carlos Montes, de Schneider, está volcado con los vehículos eléctricos y adelanta que, en breve, se podrán encontrar los puntos de recarga tanto de ferrolineras como de electrolineras a través del teléfono móvil. En Sando, Javier Ramos muestra en el ordenador el software que están elaborando para aplicarlo a la construcción de ferrocarriles y que se basa en un sistema topográfico de alta precisión usando fotografía digital y escáner. Eso permite medir distancias o volúmenes de una forma más fiable.

Al CTF solo han llegado, por ahora, un tercio de los ingenieros comprometidos por las empresas pero el proyecto va creciendo día a día tras la firma de continuos acuerdos. El tiempo dirá si es una referencia mundial en la investigación pero, por ahora, parece que el proyecto es serio.

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