Los vecinos del edificio afectado estaban esta mañana aún conmocionados por el suceso que ha acabado con la vida de uno de los inquilinos del inmueble. Antonio Merino vive en la novena planta, justo una por encima de la vivienda siniestrada, e indicó que ha sido "una experiencia y un susto enorme". Este joven vive con su esposa y dos niñas pequeñas, una de tres meses. Comenta que estaba preparándose para ir a trabajar cuando "empecé a oler a humo y rápidamente vi a los bomberos, lo que me dio tranquilidad". Pusieron toallas húmedas en la puertas y el matrimonio y las dos hijas se fueron a la terraza, donde permanecieron en todo momento. "Nos quedamos en la casa porque vimos que los bomberos estaban actuando", afirma.

Manuel Mota vive justo encima del piso incendiado, hasta el punto que tiene las ventanas y las cortinas completamente negras. "Fui yo el que llamó a los bomberos, cuando vi el humo bajé corriendo y llamé a Antoñita a la puerta pero no me abría nadie. Bajé corriendo a la calle en el ascensor junto a otros vecinos", indica. 

Otro vecino, en este caso del bloque de enfrente, Pedro Durán, aseguraba que el humo también había entrado en su casa y aún "sigo mareado y me tiemblan las piernas".