Mujer, joven o inmigrante es el perfil que copa la mayoría de los empleos en el sector hotelero en España, según el estudio Relaciones laborales en los establecimientos hoteleros: los trabajadores ante la crisis del modelo laboral y económico, elaborado por CCOO, y que revela que el 34% de los empleados de este segmento cobra menos de 1.000 euros al mes. Este estudio integral refleja que existen "bastantes desajustes" en esta industria y que, en el caso de Andalucía, la situación es peor que en el resto de España. Por ejemplo, la precariedad en la región andaluza es mayor a pesar de que la estacionalidad es menor, precisó el secretario de Empleo y Estudios de la Federación de Comercio, Hostelería y Turismo de CCOO, Manuel García Morales.

Por su parte, el técnico de este gabinete de estudios Daniel Albarracín manifestó en rueda de prensa que se trata de una encuesta realizada de forma presencial a 615 trabajadores de toda España y en la que se aclara que el sector hotelero "no era la joya de la corona".

Así, el 41,5% de los trabajadores de establecimientos hoteleros encuestados no llevaba más de cinco años en el sector y más de un tercio de ellos no había pasado a tener un contrato definitivo. Las mujeres suponen el 56,85% de las trabajadoras de este segmento, los menores de 35 años el 52,3% y los inmigrantes más del 20%, especifica el informe, que detalla, además, que son precisamente éstos los colectivos los que más sufrirán las "malas condiciones laborales".

"La destrucción de empleo seguirá y se prevé que aumente", auguró Albarracín, quien aseguró que la recuperación que estaba experimentando el sector "podría verse abortada por la política económica del gobierno y por los efectos del volcán islandés".

Uno de los mayores malestares existentes entre los empleados del sector es su bajo salario, seguido de las horas que trabaja y la poca conciliación de la vida laboral y personal; y la temporalidad. También destaca el "miedo al paro" expresado por los asalariados en esta encuesta -realizada entre junio y agosto de 2009-, lo cual se traduce, dijo, "en una mayor predisposición a aceptar unas peores condiciones laborales".