Aunque las temporadas referidas a los tráficos de barcos siempre van encaminadas a contabilizar los atraques crucerísticos, este año, las numerosas llegadas de grandes veleros constituyen un significativo hecho a tener en cuenta en el puerto de Málaga.

Y si bien los muelles malacitanos han sido desde siempre un excelente reclamo para este tipo de buques, el presente mes de octubre reseña unas cifras de atraques muy destacadas. Dejando fuera de estas cuentas al velero francés Marité, todo un clásico que entraba a finales de septiembre y se marchaba en la primera semana de octubre, el movimiento de estos barcos en lo que llevamos de mes asciende a cinco escalas; un considerable número de amarres que muy bien podría reseñarse bajo el epígrafe del Otoño malagueño de grandes veleros.

Dedicados a realizar navegaciones que se salen de los habituales circuitos turísticos y sin estar clasificados como buques de crucero, este tipo de barcos que pueden efectuar viajes con pasajeros al uso o estudiantes, participan de una serie de peculiaridades que los convierten en muy atractivos a la hora de llegar a un puerto.

Cumplimentando largas escalas, estos veleros aprovechan sus estancias para, además de hacer pequeñas reparaciones y recibir aprovisionamiento, servir de punto de embarque y desembarque de tripulantes y pasajeros; una circunstancia que, con independencia de tener en muchos casos un variado programa de excursiones turísticas y culturales, genera mucha actividad para las empresas de servicios que directa o indirectamente trabajan para el puerto malagueño.

Teniendo en cuenta además que la gran mayoría de estos barcos tienen sus bases en el norte de Europa, el posicionamiento malagueño les sirve de inicio para de una serie de rutas de otoñales e invernales en mares más cálidos.

Ocupando los muelles uno y dos, los polacos Fryderyk Chopin y Pogoria, el noruego Christian Radich, el sueco Alva y el holandés Gulden Leeuw, algunos de ellos con muchas décadas de historia y vida en la mar, constituyen por el momento la flota que ha llegado al puerto malagueño en el presente octubre.

Un mes que supera los amarres que se cumplimentaron el año pasado en este mismo de tiempo y que, a falta de conocer qué barcos de este tipo recalarán en las próximas semanas, abre una muy interesantes y rentable temporada de prolongadas visitas de grandes veleros a las aguas del puerto malacitano.

Más información sobre marítimas en El blog de Juan Carlos Cilveti: La mar de historias.