Málaga

Una vez más, bisutería al precio de La Plata

No pintaba bien desde por la mañana, cuando fueron rechazados en los corrales más de una docena de novillos de la ganadería titular anunciada para el festejo de ayer, La Plata. Las tradiciones son para cumplirlas. ¿Qué sería Málaga sin su baile de corrales? Finalmente, solo figuró un utrero de La Plata entre los aprobados para lidiarse por la tarde. El resto de la corrida, cinco, sería remendada con novillos de Antonio Ordóñez. Una vez más, volvieron a darle a los aficionados malagueños bisutería a precio de plata...

Tras esta modificación, hasta una hora antes del festejo varios aficionados devolvieron sus localidades, amparados por el reglamento taurino andaluz. Otros, los más rezagados en enterarse del cambio ganadero, protestaban en corrillos improvisados en los pasillos de la plaza minutos antes del inicio. Si pocos eran, menos iban a ser ahora en los tendidos de La Malagueta, que ayer presentaba en torno a media entrada.

José Tomás y Javier Conde estuvieron en la andanada y el callejón, respectivamente

A pesar de estar acartelados tres novilleros, dos de ellos malagueños, con necesidad imperiosa de triunfo para relanzar sus carreras novilleriles, el público se mostró indiferente en los primeros compases de la corrida, algo poco usual en el público malagueño, caracterizado por su cariño siempre mostrado con los diestros. Cierto es que los novilleros tampoco dieron motivo para invertir ese estado de ánimo. Voluntariosos, sí, pero desbordados, en algunos casos, por los novillos. No obstante, llamó la atención que sí se aplaudió a varios novillos durante su arrastre, a pesar de que no fueron buenos aliados para el triunfo. Más cariñoso se mostró el maestro Puyana, director de la banda Miraflores-Gibraljaire, que, a diferencia de otros años, en esta Feria se requiere de menos méritos para que suene la música.

En la tarde de ayer se produjo el reencuentro de Javier Conde con La Malagueta. No pudo ser vestido de luces, pero sí de calle. En el callejón se encontraba presenciando este festejo en el que toreaba Curro Márquez, con quien entrena diariamente.

Precisamente, el capote de paseo de Márquez fue uno de los detalles que dejó la jornada. Siempre ha existido una gran relación entre el mundo del toro y el cofrade, algo que ayer volvió a quedar patente al lucir en su capote la imagen bordada de la Virgen de las Angustias de la Hermandad del Descendimiento, a cuya capilla, situada a escasos metros de la plaza de toros, acudió minutos antes del comienzo de la corrida para orar ante los Titulares de la Cofradía de la que es hermano.

También un nutrido grupo de hermanos de la cofradía de la Misericordia -a la que también pertenece Curro Márquez- encabezados por su hermano mayor, Agustín Soler, estuvieron presentes en un burladero del callejón para apoyar a 'su' torero.

Otro de los reencuentros lo protagonizó José Tomás, que de manera discreta, bajo sombrero beige y polo oscuro, presenció la novillada desde la andanada del tendido 2. Siempre en un segundo plano, José Tomás salió de la plaza minutos antes de que finalizase la corrida. Quizá evitando, así, el bullicio que se podría formar en la salida al verlo por La Malagueta.

Grande es el deseo de volverlo a ver hacer el paseíllo en Málaga. Mientras tanto, la afición tendrá que conformarse con verlo con el sombrero calado en lugar de la montera. A él fue a parar el brindis de José Antonio Lavado en el quinto, con el que el de Benamocarra consiguió los pocos olés que ayer se escucharon en La Malagueta, en una novillada que duró cerca de las dos horas y media. No hay quinto malo, y aunque se llamaba el novillo 'Capullito', no hizo honor a su nombre y con él se pudo ver los mejores momentos de la tarde de la mano de Lavado, que a base de tesón consiguió cortar la única oreja.

Tras este festejo, toca pensar en la Picassiana, cuya decoración fue montada durante la pasada noche por el artista francés Loren Pallatier, quien también no quiso perderse la novillada. Tampoco lo hizo el ganadero que lidia hoy, Ricardo Gallardo, quien tras ver el desastre ganadero de ayer seguro que soltó los nervios para esta tarde al ver el listón tan bajo con el que se aplauden los toros aquí.

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