El grupo BlueBay, que litiga con el jeque Al-Thani por el 49% de sus acciones, está convencido de que la justicia le dará la razón. Por eso tiene ya preparado un proyecto muy ambicioso en el caso de volver a embarcarse en la entidad de Martiricos. Lo presentó ayer en su sede a través de su presidente, Jamal Satli, y su director financiero, Gonzalo Hervás. Lo más destacado del mismo consiste en la remodelación de La Rosaleda, que pasaría a tener 47.000 asientos e incorporaría en sus locales un centro comercial y hasta un pequeño hotel.

Sus responsables cifraron el coste de la operación entre "40 o 50 millones de euros" y aseguraron que generaría unos 20 millones de euros de ingresos anuales para el Málaga. Asimismo, dejaron entrever que ya habrían recibido la predisposición de las instituciones propietarias a permitir esta reestructuración del recinto.

Aunque el juicio acerca de la propiedad del club amenaza con dilatarse (incluso antes hay que resolver una querella criminal que interpuso el dueño del Málaga contra Jamal Satli, Abdullah Ghubn y Moayad Shatat), los rectores de la cadena hotelera creen que es el momento de acercarse al Málaga. "Hasta ahora hemos sido un protagonista pasivo, pero se han dado una serie de circunstancias que nos hacen dar un paso adelante", comentó su presidente.

Además, aseguraron que querrían reforzar la parcela deportiva, para lo cual invitaron también al evento a los que entrarían a formar parte de ella, todos exjugadores del club en su anterior denominación, como Santi Llorente, Muñoz Pérez, Astorga, Burgueña y Antonio Hierro, quien no pudo estar presente en la cita. Igualmente, cargaron contra el jeque y dejaron claro que no harían inversión, sino que auspiciarían un "modelo sostenible de club".