Real Madrid-Málaga CF · la crónica

Bofetón a un Málaga descarado (3-2)

  • El cuadro costasoleño puso contra las cuerdas al Real Madrid, pero un penalti de Luis Hernández acabó dando el triunfo a los blancos.

  • Juan Carlos se fue en camilla y preocupa por la falta de efectivos.

Keko cae ante Varane.

Keko cae ante Varane. / EFE

El Málaga es una sucesión de desgracias. Propias y ajenas. Pero lo cierto es que se fue con los bolsillos vacíos del Santiago Bernabéu (3-2) y decirlo ya es significativo. El Real Madrid se llevó el partido, sí, pero el cuadro costasoleño se puede volver a casa con la frente muy alta. Compitió, apretó y atacó. Hizo su mejor actuación fuera de casa, metió sus dos primeros goles de la temporada lejos de La Rosaleda y se superó a sí mismo. Un penalti de Luis Hernández sobre Modric, quizá la única vez que acertó Gil Manzano y ya fue casualidad, lo remató Cristiano tras la atajada de Roberto para rematar. Al punto se le daba obviamente el valor justo, claro que duele cuando el malaguismo ya salivaba por pescar en la capital. 

El mayor cambio del equipo fue en lo anímico. Ya no se rinde. Sigue teniendo, eso sí, las carencias de siempre, defensivamente regaló los dos del Madrid por mucho que entrase Diego en lugar de Baysse. Cristiano mandó un balón al palo en el segundo sin oposición y Roberto miró mientras empujaba Benzema. Concedió también el equipo de Zidane, siendo justos, dando otro esférico en la salida para que Rolan -uno de los pocos argumentos ofensivos que exhibió el Málaga- definiera ante Casilla el empate antes de otra muestra de los horrores blanquiazules en la zaga. Y es que entre Juan Carlos y Peñaranda se olvidaron de Casemiro en una acción a balón parado del Madrid, donde esta temporada había estado flaqueando. 

Pero así estaban las cosas, que al fin se mostró el caracter que no había sacado el equipo de Míchel. Ni ante la enésima desgracia, esta ajena, porque a Juan Carlos se le giró la rodilla -ojo, que no quedan más laterales- y cambió el guión. El madrileño se tuvo que marchar en camilla con posible rotura del cruzado anterior y entró Baysse para formar pareja con Luis Hernández mientras Diego trabajaba en el lateral. Y de igual modo se fue al descanso el equipo contrariado, con otro manotazo, este de un protagonista ya conocido. Gil Manzano anuló al francés un gol sobre el pitido final por apoyarse en el salto sobre el cogote de Carvajal. De esas que a otros no se pitan. El gol de Ramos, que se decía. Adrián sabe del tema; minutos antes se le sacó amarilla por protestar una acción idéntica de Cristiano. 

Como sea, el Málaga necesita puntos y no solo sensaciones, pese a que se entendía que el Bernabéu era el Bernabéu. Sin embargo, este Real Madrid abre puertas e invita a pasar. Chory aceptó la invitación con un atrevido tiro desde la frontal. Casilla no se enteró del tema y al equipo se le dio a probar un poquito de ese ansiado punto. Un botín valioso viendo los demás resultados, por eso amarga que el paso del partido fuese indicando lo que se venía. Y es que el ritmo fue bajando, permitiendo a los de Zidane tener el balón y acercarse hasta que de nuevo volvieran a aparecer los fantasmas de otros días: Luis Hernández pecó, como lleva pecando toda la temporada. Pisó a Modric y Gil Manzano no dudó. Esa sí. Cristiano tiró, Roberto rechazó y el balón suelto no se fue con el dueño apropiado. 3-2 y chasco. Ay, si se hubiera podido.

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