Cádiz CF

El Cádiz brilla más que las estrellas para alcanzar su octavo Trofeo Carranza (2-0)

  • Los amarillos resisten el empuje del Málaga en la primera mitad y acaban imponiéndose en el segundo tiempo con goles de Juanjo y Dioni

Al final va a resultar que el dinero no da siempre la felicidad. Las estrellas del Málaga no pudieron con la ilusión de un Cádiz espectacular, que se conjuró para alegrar la noche a los casi 7.000 aficionados reunidos en el Ramón de Carranza. Los amarillos resistieron el empuje malaguista en el primer periodo y se crecieron en la segunda parte hasta conseguir anular a su rival. Dos golazos de Juanjo y Dioni sirvieron para que los de Jose González levantaran el octavo Trofeo Carranza de su historia.

El técnico cadista apenas hizo tres retoques de inicio en su once inicial, mientras que Pellegrini sólo conservó a Gámez respecto al partido del viernes ante el Sporting de Portugal. Aún así, no faltaban las estrellas en el plantel malaguista y se notó, vaya si se notó, al menos en cuanto a juego en el primer tiempo. Los de la Costa del Sol fueron los claros dominadores de este periodo guiados por un sensacional Buonanotte y disfrutaron de varias ocasiones para marcar pero la mala puntería o las intervenciones de Aulestia impidieron un triunfo visitante al descanso.

Lo que son las cosas, pese al dominio blanquiazul fue el Cádiz el que dispuso de la ocasión más clara del primer periodo. En el 32 Akinsola se lo guisó y casi se lo come con un remate raso desde la frontal que despejó Rubén con la punta de los dedos. La jugada del nigeriano fue fiel ejemplo de la primera parte cadista, seriedad atrás, recuperación, rapidez y remate. Aunque el balón fue del Málaga, el Cádiz dejó una grata impresión jugando sus bazas ante un equipo a otro nivel en cuanto a calidad. Aguantó bien en defensa, todo un mérito teniendo en cuenta lo que tenía enfrente, y buscó más de un lío a la insegura zaga malaguista. Con 0-0 y un Cádiz crecido viendo que podía hacer daño al equipazo del jeque se llegó al descanso.

En la segunda mitad no sólo se mantuvo la tónica de los primeros 45 minutos sino que el Cádiz acabó haciéndose dueño del balón y del partido moviéndose al ritmo de un omnipresente Óscar Pérez. Toti comenzó a entrar en juego, las bandas dieron un paso al frente y, lo que es más importante, los de Jose González se creyeron capaces de ganar el partido. La grada lo creía con el equipo y la explosión de alegría llegó en el 77 gracias al carrerón de Camille, que se comió la banda izquierda, centró y encontró la cabeza de Juanjo para poner el 1-0 en el marcador.

Los malaguistas apenas podían creer que un Segunda B les estaba toreando, pero lejos de reaccionar fueron los cadistas los que seguían creciendo jaleados por su grada. La locura llegó con el tiempo ya cumplido, cuando el recién incorporado Dioni se fabricó un golazo regateando a Mathijsen y batiendo con tranquilidad a Rubén. El público se dejó llevar y entonó el ¡campeones, campeones! como si se tratara de un título. Y es que, en cierto modo, para el Cádiz lo es. Ya no solo por tratarse del Trofeo Carranza, el trofeo de los trofeos, sino por la forma en la que se ha conseguido. El equipo fue de menos a más para acabar bailando al Málaga y a sus 60 millones en fichajes. Y el Carranza no valdrá lo que un título o un ascenso, pero para el pobre las penas, con pan, son menos.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios