Con toda la plantilla ya a su disposición, consumada la revolución con la salida de casi una veintena de jugadores y a expensas de un último refuerzo para completar, es el momento de que Sergio Pellicer acelere en la integración y la conjunción de un Málaga construido sobre la marcha. El equipo trabajará toda esta semana hasta el sábado, en el Anexo de La Rosaleda.

Aunque durante la pretemporada ha sido el campo de la Federación el que ha soportado el grueso de las sesiones de trabajo, que haya acabado la resiembra del césped del campo principal y el Anexo propicia que el centro de operaciones quede en La Rosaleda. Hay muchos jugadores que no llevan más de 10 sesiones juntos. Pese a que se han sacado seis puntos de 12, lo de Vallecas evidenció que hay mucho trabajo por hacer, de conjunción y conocimiento mutuo y de las ideas del técnico.

"La semana que viene jugaremos el domingo y habrá tiempo para trabajar más muchos aspectos", decía el pasado viernes Pellicer antes de viajar a tierras madrileñas. Y a ello irá el equipo malagueño, con seis sesiones, la primera de ellas este lunes, para afianzar mecanismos y estructuras, aún cogidos con alfileres en muchos casos.