José luis garcía del pozo "recio". jugador del málaga cf

"Conseguimos sumar seis puntos en cuatro días cuando estábamos cagados"

  • El paleño resurge con un brazo maltrecho y tras un año "muy duro en todos los sentidos"

  • "Míchel nos hizo ver que no pasaba nada por hablar de permanencia", asegura

"Conseguimos sumar seis puntos en cuatro días cuando estábamos cagados"

"Conseguimos sumar seis puntos en cuatro días cuando estábamos cagados"

12 partidos disputados es el balance de Recio esta campaña. Primero el aductor y después el brazo derecho -en el que se vislumbra una aparatosa cicatriz- le apartaron del escenario en el año más convulso que se recuerda a corto plazo por Martiricos. Intenta, con la salvación ya en el bolsillo, de encontrar los porqués a una temporada tan aciaga y dejando claro que el factor Míchel fue esencial para que todo cambiara.

-¿Cómo está ese brazo?

Con los 33 puntos que tenemos ahora mismo otros años estaríamos dos o tres por encima del descenso

-Bien, mejor, aunque todavía no lo tengo al 100% ni mucho menos. Voy a aguantar con la férula hasta final de temporada y ahora estoy haciendo trabajo de fuerza. No lo tengo fortalecido y cualquier choque me molesta bastante. Toca aguantar el mes que queda, jugar con la protección y tenerlo el año que viene a tope.

-¿Cuál es el seguimiento y tratamiento médico una vez ya ha vuelto a los terrenos de juego?

-Los fisios me tienen que seguir viendo porque todavía no está bien. Tengo dolores y ahora depende de mí, del trabajo de fuerza, para completar la flexión del brazo. En eso estamos, hasta final de temporada tengo que tirar así.

-No parece una lesión fácil de recuperar.

-La peor que he tenido sin duda. En estos siete años he tenido poquísimas, este año me han venido todas entre el aductor y el brazo. Pero esto ha sido más duro de lo que yo pensaba, ya no sólo deportivamente, que a uno le jode, sino en la vida normal. Te merma mucho y no te deja hacer muchas cosas: vestirte, ducharte, comer...

-O cambiar pañales, ¿no?

-Bueno, ¡eso me ha venido bien! (risas). Tampoco cambiaba muchos, pero mi mujer ha tenido que estar dos meses y pico haciéndolo prácticamente todo. Encima venía de estar tres meses lesionado con el aductor, recupero y después de un mes y pico me vino lo del brazo. Son temporadas que se dan, la más dura que he tenido sin duda.

-¿La que más ganas tiene de olvidar?

-Sí. Son momentos duros. Uno está en el gimnasio, siendo una persona nerviosa como yo, y sólo quiere estar con los compañeros entrenando. El verte solo cinco meses es duro. Son momentos que no había vivido nunca en Primera. Ojalá que pase todo, terminemos estos seis partidos de la mejor forma posible y a ver si el año que viene me respeten las lesiones.

-Le pilla lejos del campo la peor racha del Málaga. ¿Cómo se digieren las derrotas desde fuera?

-Lo he pasado mucho peor en la grada o viéndolo por la tele que los partidos que he estado jugando. Cuando uno está jugando es menos consciente de las cosas, sólo piensas en darlo todo y punto. Pero si estás fuera, o muchas veces con amigos en casa, son momentos duros. Encima ves que el descenso cada vez estaba más cerca y teníamos que ser conscientes de que el objetivo tenía que ser ese tal y como se había dado la temporada, no hemos rendido como se esperaba. Luego tenía que venir a entrenar y hablar con los compañeros para hacer grupo, ayudar en la motivación.

-¿En algún momento pensó que el equipo se iba a Segunda?

-No, no. En ningún momento. Sí que cada vez se veía más cerca, pero yo confiaba en el equipo y sigo confiando. Por equipo, afición o ciudad el Málaga no debería de sufrir como hemos sufrido, pero sí que sabía que la dinámica negativa tenía que terminar. A ver si podemos acabar el año de la mejor manera porque hemos sufrido durante el año. Es lo mínimo que podemos hacer, disfrutar con mentalidad ganadora y carácter. Es lo que merecemos nosotros y lo que merece la afición.

-¿Es complicado encontrar la mentalidad ganadora con la permanencia ya conseguida?

-Bueno, después del otro día hablamos los compañeros que hay que tener ambición, ganas y hambre. Se consiguieron seis puntos en cuatro días cuando estábamos aquí (se agarra la garganta), estábamos cagados. Esos seis puntos te dan una relajación, pero no puedo pensar que el equipo salga sin intensidad. Puede salir con una cierta relajación tras tanta tensión y tanto nervio que ha vivido este año. Es algo que tenemos que cambiar, algo que ya el año pasado en algún momento nos pasó. Son partidos y momentos, lo bueno que tenemos ahora cuatro partidos en casa de aquí al final. Ante nuestra afición tenemos que exigirnos y que queremos ganar los partidos.

-Vaya seis puntos aquellos...

-Sí, fue la salvación moral. Mira que tuvimos momentos duros en el año, pero cuando pierdes contra el Atlético sin hacer un mal partido, y ellos con lo mínimo te castigan, te hace ir a Gijón a jugar una final. Es el momento en el que dices que tiene que acabar la racha y lo logramos. Luego le ganamos al Barça, que fue muy importante, también por la afición que se merecía una alegría así este año. Ganarle a un Barcelona, hacer el partido que hicimos, fue buenísimo.

-¿Cuánta culpa tiene Míchel de la reacción del grupo?

-Tuvo que hacer más tarea sicológica que otra cosa. A él no le daba tiempo a hacer lo que realmente quiere, lo que tenía que trabajar era lo sicológico, la confianza de algunos jugadores. Eso era importante para acabar con esa mala racha. Ahora, cuando acabe la temporada, tendrá más tranquilidad para trabajar y hacer el equipo que quiere. Él tiene las ideas muy claras en el campo, pero el trabajo sicológico ha sido vital.

-¿Y si no hubiera existido ese trabajo mental?

-Complicado, complicado...(inspira). El día antes de viajar a Gijón da una charla que nos hizo ver que si nosotros estábamos mal, peor estaba el Sporting. Que había que jugar con su presión y sus nervios. Así fuimos, el equipo consiguió esa victoria. Cuando ganas se ve más el trabajo, pero hubo partidos con Míchel de entrenador que se han perdido o empatado y el equipo no jugó del todo mal, pero de sensaciones no podíamos vivir.

-¿Por qué se repitió tantas veces este año el mismo guión?

-No te sé decir... Ha sido un año duro en todos los aspectos y eso afecta. Desde las lesiones, que hemos tenido muchísimas, hasta tener tres entrenadores. Está claro que si un equipo tiene tres entrenadores en un año es porque los resultados no salen. Ha sido duro porque en muchos partidos el equipo merecía algo más, alguna vez hemos perdido con un tiro o dos a puerta del rival. Queríamos pensar que eso se tenía que acabar, que las victorias llegarían, pero no llegaban. Por mucho que hiciéramos bien no salía nada. Por eso tenemos que valorar los partidos que quedan y disfrutar con mentalidad ganadora.

-¿Fracaso es una palabra muy grande para definir este año?

-Fracaso, fracaso... Está claro que no hemos cumplido con los objetivos, ni como equipo ni individualmente. No sé si las expectavivas fueron muy grandes, pero tampoco era para estar donde hemos estado todo el año. Creo que por equipo deberíamos quedar de mitad de la tabla para arriba. Pero esto es Primera, cada partido es dificilísimo y no hemos estado a la altura de las circunstancias, de lo que se había creado en el equipo y en la ciudad.

-¿Vería lógica una revolución en la plantilla?

-Bueno, no sé las circunstancias de cada compañero, pero al entrenador este mes le va a servir para eso. Para crear su equipo. Eso es positivo de cara al año que viene, luego ya cada con cada jugador pasará lo que pase.

-Al míster no le ha temblado la mano a la hora de avisar que los cuartos estaban en juego para más de uno, ¿verdad?

-Sí, y creo que dice lo correcto. Si como equipo tenemos que ser ambiciosos, individualmente también. Nos jugamos mucho cada jugador. No es lo mismo sumar 33 puntos que 40, no es lo mismo ganar que perder para cada jugador, para tus propias sensaciones. En ese sentido ha sido claro con nosotros.

-¿Por qué fue tan difícil cambiar el chip?

-Yo lo hablaba con los compañeros y les decía que aunque fuera duro teníamos que pelear por la permanencia y ya está. Míchel al día de llegar o a los dos días nos da una charla y nos hace ver que no pasa nada por nombrar en el vestuario la palabra permanencia porque a fin de cuentas era a lo que él había venido, a no bajar al Málaga a Segunda. Es jodido, porque veníamos de dos años muy buenos y se habían creado muchas expectativas, pero Míchel tenía claro que nos lo teníamos que hacer ver, que teníamos que jugar de tú a tú con Leganés, Deportivo o Granada.

-¿Sin esas expectativas de mirar a Europa hubiera costado menos dar la vuelta a la situación?

-Al final es lo que nosotros hemos creado. El año pasado y hace dos cuando se hablaba de Europa dimos un bajón. Yo prefiero vivir lo que viví el año pasado, relajarnos estando octavos que vivir lo que hemos vivido este año.

-Por suerte la salvación este año estará muy barata.

-Sí, eso ayuda muchísimo. Con los 33 puntos que tenemos ahora mismo otros año estaríamos dos o tres por encima del descenso como mucho. Sería lo normal.

-¿Se encuentran cómodos con un esquema de tres centrales?

-Personalmente me gusta. Depende del partido, pero a mí me gusta. El día de Barcelona se hizo todo muy bien. Queríamos tapar por dentro y dejar las bandas un poco más libres. Se hicieron las cosas bien, pero hay que trabajarlo y que el míster y los jugadores creamos en los sistemas.

-¿Piensa Recio ya en el año que viene?

-Sí, yo tengo muchas ganas de que acabe ya el año por muchas cosas que me pasaron. Tengo ganas de que estos seis partidos me sirvan para coger minutos e irme con buen sabor, pero sí que después del año que se pasó lo que pienso es en que se preparen bien las cosas para el año que viene.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios