Málaga C.F.

Escondidos en la crisis

  • El presidente y sus hijos se ahorran el bochorno y no acuden al palco

  • Ninguna otra figura del club da la cara

Abdullah Al Thani y Mario Husillos, en el campo de la Federación.

Abdullah Al Thani y Mario Husillos, en el campo de la Federación. / JAVIER ALBIÑANA

Fue ante el Real Madrid precisamente, en la última jornada de la temporada pasada, cuando Abdullah Al Thani estuvo en el palco de La Rosaleda por última vez. Además, como suele hacer para poner el candado a los cursos, con paseo por el césped incluido. Se llevó su dosis de aplausos y vítores, como los futbolistas del Málaga. Compartió plano con Weligton, Duda y Demichelis, que colgaban las botas. También estuvo acompañado por sus hijos Nasser, Nayef y Rakkan. Es lo que popularmente se conoce como "estar en las buenas". En las malas, sin embargo, no aparece ninguno de ellos. Nadie da la cara en la tormenta, a escasas horas de que pueda llegar el descenso matemático.

El presidente se mantiene en Catar y recientemente declaró que no tiene intención de abandonar su país. Sus descendientes, en cambio, ya están en Málaga. Nasser, Nayef, Rakkan y Hamyan se encuentran en la Costa del Sol desde el pasado viernes. Ninguno, sin embargo, hizo el amago de aparecer por el palco de La Rosaleda a pesar de jugarse un partido contra el Real Madrid. Se ahorraron los numerosos cánticos dedicados contra el actual dueño de la entidad.

La única que se dejó ver el pasado domingo fue Hamyan Al Thani, pero con el equipo femenino, que celebró su título de campeón de grupo. Muy merecido, cabe recordar. Pero la más activa últimamente de la familia tampoco apareció por el palco de Martiricos. Allí tiene que presidir el consejero consultivo Francisco Martín Aguilar, que es el que suele asumir el protocolo cuando se producen estos vacíos. Tanto el malagueño como Antonio Benítez y Abdallah Ben Barek son de los pocos que siempre están presentes a pesar del chaparrón.

Pero al margen de los propietarios, hay más miembros importantes de la entidad que cada vez se dejan ver menos y que no dan una sola explicación de lo que ocurre en el Málaga. El director deportivo, Mario Husillos, sí va al palco en los partidos. Sin embargo, no concede entrevistas y no da una sola explicación de la situación cuando estamos a punto de presenciar el descenso matemático del conjunto de La Rosaleda a Segunda División después de 10 temporadas consecutivas en la élite (dos con Sanz y ocho con Al Thani).

El argentino llegó en octubre al cargo sustituyendo a su sustituto Francesc Arnau. En aquel momento el Málaga era colista con un punto, pero quedaban 31 jornadas por delante y el mercado invernal para arreglar errores del pasado. Medio año después, su legado es un equipo cadáver: José González, Iturra, Miquel, Bueno, Samu, Success, Lestienne, Ideye y Lacen (que además es una hipoteca para el curso que viene). Y con vistas al curso que viene ya le han dado calabazas algunos de los mejores entrenadores que hay en el mercado para tratar de regresar a la máxima categoría.

Sus explicaciones, si es que llegan, lo harán tarde y con el descenso confirmado. La voz que no se escuchará es la de Joaquín Jofre, abogado del club y director general en la sombra. Está en los partidos, siempre en segundo plano, pero resulta innaccesible al no conceder tampoco entrevistas.

La transparencia brilla por su ausencia en el Málaga en el que el gran portavoz ahora mismo es José González, lo que da una idea de cómo está el club. El gaditano suele apagar fuegos con gasolina, como en su desafortunada última rueda de prensa.

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