El Málaga ha pasado de ser casi insuperable en La Rosaleda a tener, simplemente, buenos números. Sucede que cambió la tendencia local-visitante del primer tramo del campeonato en la que se dejaba a domicilio lo que conseguía con mucho esfuerzo en Martiricos. Ahora es casi al contrario, la grieta está en su propia casa, que hace mucho que dejó de ser un fortín. 31 puntos en 16 partidos, con nueve triunfos, cuatro empates y tres derrotas. Mientras que fuera ya lleva 24 puntos.

A estos números es importante ponerles fecha para entenderlos mejor. Porque la tendencia blanquiazul en su estadio es floja. En lo que va de 2019 cayó con Reus (0-3) y Osasuna (1-2) además de los empates con Almería (1-1), Las Palmas (0-0), Dépor (0-0) y Sporting (1-1), quedando ese solitario triunfo por la mínimo y remontando contra el Lugo (2-1). Siete puntos de 21 posibles, 14 perdidos. Cinco goles a favor y ocho en contra. Por ahí se le está escapando al Málaga el ascenso directo.

Cifras de los rivales directos

Sus cifras no son muy distintas a las de Granada (32 puntos más 26), Albacete (32 más 25), Dépor (31 más 23) y Cádiz (31 más 21). El gran contraste llega con Osasuna, líder destacado a día de hoy de la categoría. Los rojillos suman la friolera de 44 puntos en El Sadar, donde no han perdido un solo encuentro en lo que va de curso, han cedido dos empates y logrado la victoria en 14 ocasiones. Eso sí, es el peor equipo de la zona alta como visitante, donde apenas lleva 19 puntos (Cinco triunfos, cuatro empates y siete derrotas).

El Málaga tiene cinco partidos todavía por disputar en su estadio en este tramo final de la temporada contra Extremadura, Mallorca, Oviedo, Zaragoza y Elche. De los últimos 21 ha sumado siete y ha dejado escapar 14.