Málaga CF

Los nubarrones negros del jeque Al-Thani

  • La financiación a corto plazo y el caso BlueBay, obstáculos inminentes en el horizonte de la entidad

  • La indignación continúa entre la afición malaguista y runrún peligroso en Madrid

El jeque Al-Thani, en el juicio con BlueBay.

El jeque Al-Thani, en el juicio con BlueBay. / Efe

El Málaga vuelve a interesar a los medios nacionales. Televisiones de ámbito estatal se desplazan a la Costa del Sol para tomar el pulso del club malagueño, los programas radiofónicos nocturnos abren hueco (con alguna perorata rancia) a Fernando Sanz para preguntarle qué pasa con Al-Thani, las webs deportivas colocan cerca del tope de su portada, síntoma de que generan tráfico, informaciones blanquiazules y The Guardian o la BBC cuentan en Gran Bretaña como algo noticioso el “espejismo” del fichaje de Okazaki. Ha sido el japonés, por mediático, quien aumentó el número de receptores de una señal de alarma que tiene ramificaciones.

Periodistas de la capital que cubren la información de LaLiga y la Federación deslizan que la liquidez del Málaga está asegurada sólo hasta final de año y que tiene que buscar vías de financiación. Los mensajes no son, evidentemente, casuales. LaLiga no quiere bajo ningún concepto que se repita lo que sucedió con el Reus la temporada pasada. No va a quitar sus ojos de encima del Málaga, cuya dimensión y peso son mucho mayores que la del club catalán, y va a apretar para que cumpla. Dio un poco de aire tras Santander para la inscripción de jugadores con contrato en vigor, pero después de eso, nada. En el club existe la lógica intranquilidad. Da que pensar también que, pese a la estricta vigilancia de cuentas (Joaquín Jofre ha estado en los últimos meses varias veces en Madrid en reuniones de control económico), existan esos problemas financieros que se filtran. El mayor de los problemas, sin duda.

En la entrevista que concedió a Marca semanas atrás, Al-Thani decía que “LaLiga no permite inyectar dinero de manera libre, debes cumplir un fairplay financiero, en ingresos-gastos-salarios. Eso la gente lo desconoce y quiero aclararlo. No se puede meter dinero porque, además, luego lo pierdes, al ser ilegal ese método ya”. El próximo rival, el Almería, puede dar fe de que hay otros mecanismos para ampliar la financiación. El club se ha gastado unos 20 millones de euros en refuerzos. La UEFA permite a un club con inversión del propietario pérdidas de hasta por 30 millones de euros en tres años. Los patrocinios que se han conseguido han aumentado el tope salarial del club ante el que se juega el sábado hasta ser el más alto de la categoría, por encima incluso de equipos que han bajado.

No hay que olvidar que sigue estando ahí el caso BlueBay. Este mes debe llegar el escrito aclaratorio sobre la sentencia de junio, favorable a la hotelera, que los abogados de Al-Thani solicitaron antes de acometer el previsible recurso ante la Audiencia Provincial. De alguna manera, la situación estrangula y espanta a posibles inversores. Siempre cabe la posibilidad de un acuerdo extrajudicial, pero a estas alturas parece una utopía. BlueBay solicitará medidas cautelares para tomar su cuota de mando en la entidad una vez se llegue a la siguiente pantalla de una historia que tiene un lustro detrás.

Es triste, pero ha empezado la temporada y la ilusión habitual se ha tornado en preocupación. Hoy son presentados Lorenzo González, Benkhemassa y Sadiku, el trío de refuerzos de última hora que pudo conseguirse para dotar de algo de fondo de armario a una plantilla que, no obstante, se queda corta. El meta Raúl Lizoain, confirmaba él en Radio Marca, no puede venir a Málaga porque no cumple los requisitos que pide LaLiga para firmar por el mínimo. De momento, no hay información desde el club. Y se duda de la comparecencia hoy de Caminero.

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