Málaga C.F.

(4-1) Una cicatriz de la que presumir

  • Repaso monumental del San Félix al Real Madrid en la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey

  • Los malagueños, que se pusieron 4-0, jugaron casi toda la segunda mitad con uno menos tras una expulsión discutible

Los jugadores del San Félix, tras marcar un gol.

Los jugadores del San Félix, tras marcar un gol. / Javier Albiñana

Uno, dos, tres, cuatro. Primero fue un premio. Tras él llegó la anécdota. A la de tres reinó el asombro.  El cuarto fue al mentón. La primera parte del San Félix la recordarán los amantes de la cantera y los protagonistas de la cita. Otros sólo se quedarán con el que levante el título el último día de la Copa del Rey. La historia es una vendida que se suele ir a cenar con los que ganan, rara vez merienda con perdedores. Pero perder y ganar son términos que deben ser revisados.

El San Félix ha destrozado un montón de tópicos y ha derribado barreras a base de trabajo, silencio y fe. Ha sido el equipo juvenil más sólido de España todo el curso y, después del vendaval blanco en la ida (6-1), ha demostrado que si se quiere, se puede. ¿Pero no cayó eliminado? Sólo los perdedores y los necios pueden creer que en estas semifinales los derrotados son los malagueños.

Es una lástima que el árbitro decidiese cortar las alas a los chicos de Acejo con una expulsión discutible tras el forcejeo de un futbolista de cada equipo. Nota mental para el futuro: el pez grande tiene aliados. Luego llegó un gol rival que reiniciaba el partido y lo ponía de nuevo cerca de la frontera de los imposibles. Un jugador menos y dos goles para forzar la prórroga.

El San Félix no se rindió porque no sabe. Esta cornada será una cicatriz de la que presumir y que les hará más fuertes ante la vida y ante su profesión. El que quiera de veras ser profesional ya sabe que no hay virtud indeleble ni justicia divina. Pero las lágrimas de hoy serán la sonrisa cómplice de mañana.

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