La quimera del Atlético Malagueño tiene seis patas, cuatro brazos y un solo ojo, todo suman 11, los puntos que le separan de una salvación que cada semana se torna más oscura, más difícil, más inaccesibles. Ya hay quien en el entorno blanquiazul, trata al equipo desde la resignación, desde la sumisión de un hecho como el descenso que, a falta de ocho jornadas, parece inalcanzable.

El cuadro de Manolo Sanlúcar visita este domingo el Álvarez Claro (12:00) para medirse a un Melilla que está luchando en lo más alto de la tabla por un sueño llamado Segunda División y de color de plata. Quizá no es el rival más apuesto para las condiciones a las que llega a esta trigésimo primera jornada el cuadro blanquiazul, decimonoveno con 21 puntos. Pero si algo ha ido demostrando el filial es que puede plantarle cara a casi cualquier rival de la categoría aunque sus resultados acaben siendo más que negativos semana tras semana. Sin ir más lejos, el pasado fin de semana visitó Málaga otro coco como el Recreativo de Huelva, empatado a puntos con los melillenses a estas alturas del campeonato. Será un rival del mismo nivel de contundencia y con el factor campo de su lado. Sin lugar a dudas, tarea más que complicada para los discípulos de Sanlúcar, pero torres más altas han caído...

El Melilla llega tras sumar de tres en tres en las últimas tres fechas. Victorias contundentes a domicilio ante UCAM Murcia (1-3) y Almería B (1-4) y en su feudo ante el Jumilla (2-0) que hablan más que bien del buen estado de forma del cuadro de Luis Carrión con una plantilla que mezcla experiencia en la categoría y cierta juventud que ha sabido complementar a las mil maravillas el técnico catalán, ex técnico del Córdoba en Segunda División.

Los cartuchos se le agotan al cuadro blanquiazul si es que no los han agotado ya y este domingo tendrán que apuntar con buen pulso si quieren dar la sorpresa en un feudo tan complicado como lo es el melillense.