El apellido Zambrana está ya inmortalizado dentro de La Rosaleda. Una saga familiar que une malaguismo, dedicación y amor a unos colores con un pasado brillante, un presente pujante y un futuro esperanzador, recibió ayer un acto de homenaje para reconocer a quienes se han ocupado y ocupan de que a los jugadores no les falte de nada. 

Con Miguel Zambrana como principal protagonista del evento, junto a su hijo Miguel Zambrana Cueto, y Pepillo Zambrana en la memoria de los numerosos familiares congregados, el acto contó con una amplia comitiva del club encabezada por el administrador judicial, José María Muñoz; el director del Área Deportiva, Manolo Gaspar; y el entrenador del primer equipo, Sergio Pellicer.

Con Basti, alma del Área Social de la Fundación MCF, como maestro de ceremonias, se inició un recorrido por las entrañas del estadio que desembocó en primer lugar en el vestuario del Málaga CF. Ahí se descubrió la placa con el nuevo nombre de la sala de material, "Sala de Material Pepillo Zambrana", y unas bonitas palabras de Basti hacia la familia Zambrana y lo que significa para la entidad, que emocionaron a todos los presentes. Posteriormente, en la bocana de salida al césped del campo principal, no faltó la tradicional foto de familia. 

Y, en el epílogo, los miembros de cuerpo técnico, médico y auxiliares del Málaga CF esperaban a Miguel padre e hijo, junto a sus familiares, en la sala de prensa ‘Juan Cortés’ para darles un caluroso abrazo y disfrutar juntos de una sorpresa en forma de vídeo emotivo protagonizado por algunos emblemas del Málaga como Larrainzar, Roteta, Bravo, Javier Souvirón, Movilla, Josemi, Pellegrini, Fernando Sanz, Sandro, Basti, Weligton, Isco y Fernando Peralta.

Las lágrimas de emoción, imposibles de contener, impregnaron el final de un acto con, como dijo Basti, "parte del escudo" del Málaga. Son, sois, pasado, presente y futuro del Club. Larga vida a la familia Zambrana.