Málaga C.F.

La Rosaleda pierde la paciencia con el Málaga (1-2)

  • El diagnóstico de inoperancia se repite, por eso no extrañó que el estadio mostrara los primeros pañuelos de la temporada

Hubo quien los construyó de naipes y quien denunció que se hacían en el aire. Lo único cierto de esos castillos es que se desmoronan. Cuestión de fe. La que ha perdido la afición, que ayer exhibió su hartazgo con música de viento y pañuelos, y, lo que es más preocupante, la que ha dejado de tener el equipo en el camino que marca Jesualdo Ferreira hacia el éxito. Sólo así se entiende cómo cada jornada el Málaga juega contra su rival y contra sí mismo. Una vez más, el equipo rival pareció elevar sus virtudes a la máxima potencia. La causa se ve claramente en las concesiones blanquiazules, telegrafiadas jornada a jornada. Hallar la génesis de por qué no se mejora ese diagnóstico esconde el secreto para detener la caída libre que azota al equipo, ya sí en puestos de descenso.

Los jugadores han perdido la sintonía con su entrenador. La puerta cerrada impide comprobar si son ellos los desaplicados o es éste quien no sabe hacerles llegar las bonanzas de su credo, el cual, por cierto, parece que seguirá defendiendo pese a la tormenta. Por ahora, huelga la autocrítica en el portugués, la de los pocos que ayer dieron la cara componía un variado brainstorming: ansiedad por alcanzar la victoria, incapacidad para extrapolar a los partidos lo que funciona en los entrenamientos, falta de espíritu... Sólo se saca en claro de la variedad de explicaciones que todas conducen a lo mismo: dos meses después, el Málaga no ha encontrado una identidad y se pasa los partidos en una continua crisis por buscar lo que no encuentra y por no cometer los errores que calca.

En un encuentro con patrones comunes a anteriores bochornos (falta de ayudas en defensa, pérdidas inocentes, ausencia de profundidad por bandas, inferioridad de los zagueros en las acometidas de los adversarios), el agravante apareció entre las butacas. Desde allí se elevó la firme protesta de la grada, que abozaló su impaciencia hasta que Griezmann se convirtió en el enésimo paseante de la alfombra que es el centro del campo cuando el rival avanza en la creación o a la contra. Instantes después murió el primer tiempo, que había arrancado prometedor y acabó en llamas.

El primer revés del partido volvió a erigirse como un muro infranqueable para este Málaga de moral frágil. Comenzó otro partido, mejor dicho once partidos, los que practicaron cada uno por su cuenta. Sebastián Fernández defendió con orgullo charrúa su titularidad peleando todas las bolas que aparecían por su zona. Cada vez que corrió por la banda Jesús Gámez intentó redimirse de otro encuentro jugando con las botas cambiadas de pie. Quincy continuó haciendo enemigos en el vestuario y en la grada con otro monólogo acerca de cómo hacer siempre lo mismo para no lograr nunca nada. Apoño metió ayer el cuello en las arenas movedizas que le siguen engullendo desde hace una temporada; lo hizo cuando falló lo que mejor se le da, patear penaltis, también el rechace.

Un minuto después, apareció la magia de Juanmi. Tiró un desmarque al primer palo de alumno aplicado y remató con aparente timidez el único buen centro de Jesús Gámez. Quedaban 13 minutos por delante, pero es tan colorido el aura de este chaval que con ese punteo a gol hizo que la grada se olvidara de los disgustos previos y le convenció de que se abría un arcoíris redentor.

Le echó una mano en la utopía Sebastián Fernández, el otro menudo de la plantilla. Pero fueron pocos lilliputienses ante Gulliver. Gulliver no era la Real Sociedad, que se quedó conforme con el segundo gol de Joseba Llorente; es la desconexión entre quien quiere hacer grandes a unos jugadores que ahora mismo no se fían de que su método sea el más adecuado.

FICHA TÉCNICA:

Málaga: Arnau; Jesús Gámez, Kris, Weligton, Mtiliga (Juanmi, 56’); Apoño (Edu Ramos, 80’), Sandro Silva, Fernando (Edinho, 46’); Sebastián Fernández, Quincy y Eliseu.

Real Sociedad: Bravo; Carlos Martínez, Ansotegui (Labaka, 20’), Mikel González, De la Bella; Markel, Elustondo (Diego Rivas, 85’); Xabi Prieto, Zurutuza (Aranburu, 65’), Griezmann; y Joseba Llorente.

Árbitro: González González (castellano-leonés). Amonestó a De la Bella (21’), Zurutuza (39’), Joseba Llorente (51’), Edinho (59’) y Xabi Prieto (88’).

Goles: 0-1 (43’): Plácido contragolpe de la Real que acaba con pase al hueco de Joseba Llorente a Griezmann y éste, tras quedarse frente a Arnau, define con un derechazo cruzado.

0-2 (55’): Sensacional centro de Xabi Prieto cabeceado de manera incontestable por Joseba Llorente. 1-2 (77’): Juanmi se desmarca con inteligencia al primer poste y puntea el centro de Jesús Gámez.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la novena jornada de la Liga BBVA disputado en La Rosaleda ante aproximadamente 25.000 espectadores, la entrada más floja de la temporada aunque buena. Viento en la segunda parte que molestó bastante a los porteros en sus saques.

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