Roberto Rosales fue la prolongación de sus compañeros en la zona mixta. Si sus palabras ya explicaban la "frustración" e "impotencia" que persigue a él y a sus compañeros, el semblante del venezolano lo terminaba de evidenciar. Están tocados, y cada día parecen más difíciles de levantar de una vorágine muy peligrosa.

"Si tuviéramos la respuesta habríamos salido de abajo. El equipo entrena muy duro para los resultados que ha tenido. Estamos con mucha impotencia, somos los primeros fastidiados con la situación. Sólo nos queda levantar cabeza, sabemos que no es fácil, pero hay que trabajar para salir de esta situación", explicaba el capitán blanquiazul tras la derrota por 0-2 ante el Leganés: "Creo que cuando hacemos la primera parte tan bien y no consigues ese gol entras en una dinámica de frustración y de no poder y cuando ellos nos hacen ese gol es un golpe muy duro del que no nos pudimos levantar".

Sobre la afición y sus pitos, el venezolano les dio la razón: "La afición hasta ahora nos ha apoyado siempre y entendemos que estén molestos por no darles las alegrías que se merecen. Están en su derecho de reclamar". Y recordó que ellos se sienten igual cuando llegan a casa y prometió más trabajo: "El equipo trabaja muy duro todos los días y eso es muy frustrante. Nosotros nos vamos tristes, fastidiados, entendemos a la afición y nuestro único modo es levantar la cabeza y pensar en el próximo partido".