Sigue el Málaga metido en un proceso de cambio un tanto rocambolesco. El club confirmó ayer por la tarde la marcha de Antonio Tapia después de que el hasta ahora director de La Academia comunicase su decisión de no prolongar el contrato que le vinculaba a la entidad hasta el final de esta temporada. "Por motivos personales", se especificaba en la nota de prensa.

Tapia da así por finalizada su cuarta etapa dentro del Málaga, después de haber sido entrenador tanto del filial como del primer equipo -en dos ocasiones-. El pasado mes de noviembre regresó a la entidad como director del fútbol base blanquiazul a petición de Mario Husillos, que también acababa de aterrizar en Martiricos tras el despido de Arnau, después de que Miguel Calzado dejara su puesto para incorporarse al Betis. Su última aparición pública fue este martes, cuando acompañó al Málaga Femenino y el Atlético Malagueño en los actos celebrados con motivo de sus ascensos a la Liga Iberdrola y Segunda B.

Bajo la premisa de la malagueñización y cambiar algunas de las anomalías del modelo de cantera se produjeron cambios sustanciales al mando del fuengiroleño de adopción. El más sonado, el despido de Manel Ruano como entrenador del Atlético Malagueño y la incorporación de Dely Valdés, entonces fuera del club después de perder la final de la Copa de Campeones con el juvenil la pasada campaña.

Las diferencias entre ambos dieron con la abrupta salida de Ruano en el mes de febrero con el equipo líder a siete puntos del Almería B; un movimiento bastante controvertido. Tapia consideraba que era "lo más oportuno en ese momento" en una entrevista para Málaga Hoy. "Cuando tú trabajas en una empresa se marcan unas directrices y las directrices en La Academia las marco yo. A raíz de ahí, el trabajador tiene que amoldarse a lo que marco. En este caso había disparidad de criterios, de formas de ver ciertas cuestiones de trabajo, y eso provocó el cambio", explicaba hace apenas dos semanas, aún en posesión de su cargo al frente de la cantera. Se discutió el juego del filial con el panameño al mando en esta segunda vuelta, pero el ascenso a la categoría de bronce tras un partido de vuelta bien gestionado en Yecla ha acabado disipando las dudas sobre el ex delantero.

La salida de Antonio Tapia deja otro puesto vacante más en el club y fomenta ese clima de preocupación e incertidumbre que últimamente impera en Martiricos. Son muchos los frentes que debe atender Abdullah Al-Thani, ya sin director de cantera, sin director de márketing, director deportivo ni entrenador a expensas de que se resuelva la situación de Mario Husillos, que cuenta ya tres semanas desde que comunicó su marcha. Ello, aderezado con las distintas presiones que recibe desde las instituciones, accionistas e incluso trabajadores del club.

Es en la búsqueda del director deportivo lo primero en lo que se afana la propiedad. Después de negar a Joaquín Jofre en su viaje a Catar la firma de Juan Ramón Muñiz como entrenador y encargado de los fichajes, la intención es firmar a un sustituto de Husillos y que este fiche un entrenador. Perdida la posibilidad aquella de ganar tiempo a los demás, ahora en una relativa igualdad de condiciones urge atinar los tiros para no quedarse atrás. Empieza el mes de junio y aún no hay ni fecha de comienzo para la pretemporada, que debería arrancar a principios de julio, mientras hay hasta 27 futbolistas con contrato.

A estas operaciones se suma ahora tener que elegir el sustituto de Tapia para empezar a trabajar ya en las líneas maestras de la próxima temporada, particularmente en el Atlético Malagueño, donde se planteaban ya varios movimientos cara a su regreso a Segunda B.