El Zaragoza, peor visitante de la Liga SmartBank, consiguió su segunda victoria a domicilio de la campaña (1-2) ante un Málaga que no gana desde hace más de tres meses como local y que en esta ocasión vio como el choque se se resolvió con los cabezazos de James Igbekeme y Vigaray.

Con este resultado, el conjunto aragonés respira algo en su lucha por salir de los puestos de descenso y el andaluz se estanca en la zona de nadie de la tabla.

Los primeros minutos fueron de tanteo, de respeto, de posicionamiento en el campo y sin ocasiones, pero en el primer acercamiento del conjunto visitante al área local, el centrocampista James Igbekeme, novedad en el once inicial, aprovechó un centro del delantero Álex Alegría para, de cabeza, batir al guardameta Juan Soriano.

El Málaga volvía a jugar con el marcador en contra ante un Zaragoza bien situado, sin concesiones, firme atrás y con opciones de sentenciar el partido, como la que tuvo el delantero Narváez frente a una defensa de cinco componentes, endeble y escasamente sincronizada.

El equipo malagueño tuvo hasta tres ocasiones para empatar, pero no acertaron Alexander González, Caye Quintana y Yanis Rahmani, con lo que del posible 1-1 se pasó al 0-2 con un gol de cabeza del defensa Vigaray, tras una falta por la derecha y otro error defensivo de los de Sergio Pellicer.

El técnico del Málaga, tras el descanso, realizó varios cambios para buscar otra dinámica, que no llegó, a pesar de volcarse en el área rival, cuya zaga no titubeó y mostró su fortaleza.

El partido entró en el tramo final sin movimientos hasta que un disparo desde fuera del área del malaguista Luis Muñoz, que entró por la escuadra, puso la incertidumbre en el marcador a falta de ocho minutos.

Pero ahí se quedó la reacción de un Málaga que pierde en casa lo que gana fuera y un Zaragoza que enlaza dos victorias consecutivas y su segunda como visitante.