La poca vida que le queda al Málaga se pondrá en juego mañana en La Rosaleda contra el Sevilla. Tendrá que hacerlo además con cambios en el once. Rotaciones obligadas para José González, que estaba sin Recio y ahora también se queda sin Adrián González. La lesión del madrileño obliga a repetir el plan de emergencia que se vio durante una hora en San Mamés. Traducido resulta que toca dar continuidad al dúo de veteranos formado por Iturra y Lacen.

El doble pivote de viejos rockeros es lo poco que le queda al entrenador blanquiazul. Ambos llegaron como refuerzos en el mercado invernal, uno al principio y el otro con el plazo ya cumplido gracias al comodín de la ficha de Gönen. No se espera otra cosa visto lo visto. Puede que se abra una rendija para Kuzmanovic o Rolón, pero para completar la convocatoria, en ningún caso para jugar.

Adrián González estará alrededor de un mes de baja. El club comunicó el alcance de su lesión después de someter al madrileño a las pertinentes pruebas: "Se confirma que Adrián presenta un esguince en el ligamento lateral interno y el ligamento cruzado posterior de su rodilla derecha. El jugador inició hoy [por ayer] mismo un tratamiento conservador quedando pendiente de evolución". Hay que recordar que el jugador del Málaga se tuvo que retirar de San Mamés pasada la media hora de partido por una entrada durísima de Aritz Aduriz. Así que los esguinces dejan cojo el centro del campo del Málaga, puesto que Recio también padece uno. El malagueño quería forzar para jugar el derbi, pero la recomendación médica es que no participe ni el sábado contra el Leganés. Habrá que ver cómo evoluciona.

La cuestión más preocupante es que Lacen está dando muestras de estar lejos de su mejor forma. Ya tuvo que disputar más minutos de los previstos en Bilbao y también tendrá que jugar el derbi salvo que José sorprenda con otra alternativa.Y para colmo, hay un nuevo encuentro el sábado.

Por otro lado, José González dio un buen repaso a sus jugadores en la mañana de ayer con una intensa sesión de vídeo que duró alrededor de 40 minutos. El entrenador está muy molesto por los goles del Athletic (y otros errores), estudiados durante la semana anterior. A ver si funciona...