Málaga C.F.

Un año con La Rosaleda muda

  • El 8 de marzo de 2020, un Málaga-Zaragoza, fue el último partido con público en el coliseo de Martiricos

Dos aficionados contemplan con mascarilla y guantes el Málaga-Zaragoza.

Dos aficionados contemplan con mascarilla y guantes el Málaga-Zaragoza. / Marilú Báez

Era un 8-M, poco después era la manifestación del Día de la Mujer. Nadie era consciente, pero La Rosaleda abría por última vez sus puertas a la afición ese día de 2020, ese domingo a media tarde de un día ya casi primaveral, en un duelo ante el Zaragoza. Se cumple un año desde que el coliseo de Martiricos está mudo y, de alguna manera, sin alma. Se han jugado ahí partidos de fase de ascenso a Segunda A y B, de la Supercopa, la final de la Copa de la Reina, pronto habrá un Noruega-Turquía de clasificación para el Mundial. Pero está apagado el eco de la voz del malaguismo. Porque por mucho sonido de Play Station que se ponga, no es lo mismo.

Empezaba ya a golpear la pandemia de manera visible. Había muertos sin explicación pero aún no se habían tomado medidas restrictivas. En una foto que parecía entonces de ciencia ficción y ahora es cotidiana, un par de espectadores contemplaban el encuentro con guantes y mascarillas, esas que se convirtieron poco después en objeto muy codiciado. 

Era un día festivo en La Rosaleda, el Málaga estaba con buena tendencia tras la tormenta Víctor y el relevo por Pellicer. Varias deportistas malagueñas habían hecho el saque de honor en el Día de la Mujer. Pero ya estaba en el ambiente que el virus pegaba fuerte. Durante la semana posterior se fueron suspendiendo competiciones progresivamente hasta que el sábado 14 el presidente Sánchez anunciaba el confinamiento.

Desde entonces, el equipo ha notado jugar sin público en La Rosaleda. Desde entonces, ha jugado 22 partidos oficiales en La Rosaleda, en los que ha ganado ocho encuentros, empatado siete y perdido siete. Balance equilibrado (3-2-1 en los partidos de la pasada temporada y 5-5-6 en la actual). La certeza colectiva es que se hubieran escapado menos puntos del coliseo de Martiricos con el aliento cercano de la afición malaguista de los que se fueron.

Más allá del apoyo, también hay motivos económicos. Los clubes sufren sin ingresos más allá de la televisión por la pandemia. Se tiene la esperanza, como esbozó Tebas la semana pasada, de que haya público antes de que acabe la temporada. "Estamos preparados para tener público en los estadios, pero creo que debemos hablar con el CSD (Consejo Superior de Deportes) para establecer en qué fechas y qué cuantía de público podremos tener. Creo que nos queda pasar el mes de marzo y gran parte de abril para pensar que podamos tener público en los últimos partidos de la temporada, que sería mi ilusión", explicaba el presidente de LaLiga.

José María Muñoz, administrador judicial, recordó en su reciente comparecencia que "la cifra de ingresos es muy baja. Siento envidia por otras ciudades que se involucran un poco más con sus clubes; nos ha ilusionado el cariño con el que la gente ha ayudado al Málaga con lo que puede, pero ni de lejos es lo que sería con abonos, entradas y patrocinio. Calculamos que por la pandemia hemos dejado de ingresar hasta 6 millones de euros", señalaba. Aunque se abrieron varias vías de colaboración con el club, la ausencia de abonados y de entradas han dificultado el ya de por sí crítico momento económico del Málaga. Pese a todo, se va sacando la cabeza. Aunque el malaguismo va descontando días hasta que pueda volver a su templo. Un año hace ya de la última vez que lo pisó para un partido oficial.

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