Málaga C.F.

La barrera amarilla

  • El Málaga se presenta como líder invicto en el campo de otro de los favoritos, Las Palmas

  • Muñiz se muestra muy cauto en las horas previas y sólo mantiene una duda en la alineación

Tienen mucho en común el Málaga y Las Palmas. Lo que se ve a simple vista y lo que no se ve. Pero no cabe duda de que son los dos máximos favoritos a conseguir el ascenso a Primera División, de donde llegaron hace tan sólo unos meses y de donde parecen dispuestos a salir por la vía rápida. También son los dos mayores presupuestos de la categoría, los que cuentan con un mayor límite salarial. Además, da sensación de que cuentan con las mejores individualidades.

Se pasaron el verano, no está de más recordarlo, pujando en diversas ocasiones por los mismos futbolistas. Las Palmas se llevó a Rubén Castro, a quien Muñiz deseaba para comandar el ataque. Ganó el Málaga la batalla por Dani Pacheco, aunque no le resultó sencillo. Hubo otros como Maikel Mesa, por quien los blanquiazules no estaban tan interesados como se contó; y como Timor, a quien sí quería el asturiano para reponer la baja de Recio a ultimísima hora. Como con Castro, los insulares demostraron tener un puntito más de punch económico en el cuerpo a cuerpo. Aunque todo eso ya parece que queda muy lejos.

Una vez que comienza la competición y devora hojas del calendario, la vida es una rutina de jornadas y repasos a la clasificación. Ahí está mandando el Málaga de momento y mandará una jornada más independientemente de lo que suceda en el estadio Gran Canaria. Son 15 puntos de 15 posibles, una verdadera hombrada que huye de la lógica natural de la Segunda División, a pesar de que en ciertos sectores se ha intentado restar valor al logro por los rivales a los que se ha medido.

Quien más cerca le queda es precisamente el cuadro que entrena Manolo Jiménez, 11 puntos, que es una magnífica cifra, amparado en un equipo con un poderío ofensivo devastador donde Rubén Castro pasea su fusil con una superioridad pasmosa. En Las Palmas se está vendiendo, seguramente con buen criterio, que el partido es de máxima importancia. Hacer sangrar al Málaga es un mensaje para los suyos, que se pueden sentir capaces de discutir al líder indiscutible y que nada tienen que envidiar a la plantilla malacitana. También sería una señal para el resto de equipos de la categoría.

Muñiz, por su parte, intenta ser cauto y cortarle las alas al discurso más eufórico. Enemigo de autopistas, quiere conducir al Málaga hasta la meta por carreteras secundarias. Mide las palabras con extremo cuidado para evitar equívocos dentro y fuera de su vestuario. Le ha ido bien así en su carrera y en lo que va de curso.

El Málaga está basando su juego en el orden y en la solidaridad. Eso, una vez que se mezcla con la calidad que tiene con respecto a la media de la Segunda División, le ha permitido contar sus partidos por victorias. Siempre empieza a construir desde la defensa y el gol encajado en Lugo así lo atestigua. Desde entonces, un cerrojo que va camino de convertirse en algo histórico. Aunque esta tarde tiene su prueba más dura contra Castro y compañía. Sería interesante ver cómo se desenvuelve el cuadro malacitano en un escenario adverso...

En el once del Málaga parece que repetirán los mismos que jugaron contra el Córdoba. O casi. Hicham se coló en una lista de 19 futbolistas después de superar las molestias que le obligaron a salir aquella tarde. Está por ver si Muñiz tira del canterano o da entrada a Dani Pacheco, que lleva desde el partido contra el Almería en barbecho.

El que estará seguro si nada raro sucede es Luis Hernández, cuya capacidad para sacar de banda a distancias astronómicas ha servido para que el Málaga firme tres tantos en este inicio. La estrategia, otrora desperdiciada, es un factor que el líder sabe gestionar. Hoy toca contra un gallito. A ver.

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