Málaga C.F.

El carro de Ontiveros

  • El marbellí volvió a hacer un partido muy maduro

  • Dio trabajo atrás y desequilibrio adelante

  • Empezó por la derecha y acabó en la izquierda

Del carro del Málaga tiró en el Gran Canaria Arena Javier Ontiveros. A sus 21 años, se cumplen en breve tres desde que debutó en Primera de la mano de Javi Gracia. En este tiempo ha dado alguna señal de que se podía perder para el fútbol de élite. Le bajaron el pulgar entrenadores, como Míchel, que decía en su llegada que le encandilaba. Le gustan estos retos a Muñiz, dejó muestras en eras anteriores en Málaga con Apoño o Gerardo, gente de carácter difícil a la que exprimió. Ontiveros, lo reconoció él mismo esta semana, tenía la etiqueta puesta en el escaparate al empezar el verano. A finales de septiembre es pieza esencial en este equipo.

Ontiveros hizo un gran partido en Las Palmas. Maduro, corriendo hacia atrás y salvando alguna jugada que llevaba peligro. Y desequilibrante como pocos en la categoría. Tuvo varias jugadas de etiqueta negra, del jugador superior que es. Disparó seis veces, tres de ellas fueron a puerta. Tuvo el empate en el tramo final con un zurdazo tras empalar un balón de volea difícil. Pero Raúl sacó un gol que era de pañuelos y de puntazo. Empezó en la banda derecha el marbellí, pero mediado el primer tiempo intercambió su posición con Dani Pacheco. Era interrogado la semana anterior Muñiz por la compatibilidad de ambos jugadores en la pista. Dijo el asturiano que lo eran completamente. Pero sí es cierto que ambos se encuentran más cómodos recortando hacia el interior y tirando diagonales.

El extremo malagueño se marchó en cada regate que intentó (cuatro veces), tuvo varios eslálones en los que se plantó en el área. Sólo en un lance, en la segunda mitad, pecó de individualismo y se ganó el justo reproche de Ricca, que le había doblado y estaba en posición ventajosa para un buen centro. Buscó el disparo y se le fue lejos.

Mantener este nivel de rendimiento (ya dio dos asistencias decisivas para ganar partidos) le garantizará minutos porque Muñiz es, ante todo, un entrenador justo. Aunque esa tendencia de enfant terrible que le acompaña desde que era bastante niño y su nombre ya sonaba en los mentideros del fútbol base andaluz le persigue. Pero el Málaga no puede renunciar a un talento tan desequilibrante como el que ofrece Ontiveros. Le faltó el gol o la asistencia para firmar un encuentro en el que, por contexto y rival, difícilmente haya más dificultad. Y fue el hombre más destacado de los 25 que estuvieron sobre el terreno de juego.

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