Málaga C.F.

(0-4) Los héroes también lloran

  • Duro castigo para el Málaga en la Copa de Campeones juvenil

  • Los de Cabello cuajaron una gran primera mitad

  • El Barça abrió la lata en el 49’ y machacó al contragolpe

Un instante del Málaga-Barcelona juvenil.

Un instante del Málaga-Barcelona juvenil. / @FCB_Masia

Los héroes también tienen derecho a llorar. Las lágrimas te hacen humano, confirman que las injusticias (o los golpes de realidad) te duelen, que tienes sangre en las venas, que no te conformas con lo que te regala el destino. El Málaga está formado por pequeños campeones que empiezan a mirar hacia atrás lo amateur y el horizonte de lo profesional se les hace cada vez más visible a los ojos. La Copa de Campeones les ha generado desazón. Pero no es ni mucho menos el final de la vereda, al contrario, es el comienzo.

Lo mejor que pueden llevarse los blanquiazules es el mensaje de que el fútbol es y será esto. La decepción está a la vuelta de casi cualquier esquina. No siempre premia el trabajo, el talento, los méritos. A veces sólo te da hiel. Y es una lección que los chicos llevarán en forma de cicatriz toda su vida. Los que lleguen a lo más alto y los que hayan tocado techo en Ciudad Real.

No deben olvidar, no obstante, que lo conseguido ya es enorme. El Málaga se midió al Barcelona, donde posiblemente media plantilla acabe llegando a la élite porque la autopista de La Masía tiene más carriles y más rápidos que los de La Academia. Pero nadie borrará que este equipo bien trabajado de David Cabello llegó a la cita por méritos propios, siendo campeón de un grupo de una dificultad tremenda, con gigantes de la cantera como Sevilla y Betis, equipos pujantes como Córdoba y Almería y hasta el hermano pequeño del San Félix. Independientemente del resultado ante el Barça, estar un año más en la cita de los ocho mejores juveniles de España es un éxito. Para ponderar su valor, el actual campeón de la competición, el Real Madrid, no se clasificó un año después.

El partido, además, no hace justicia con lo que mostraron los equipos en el campo. La primera mitad, a pesar de alguna buena acción azulgrana (como la de falta directa de Collado que detuvo de manera sensacional Álvaro Fernández), fue de dominio blanquiazul. Los de Cabello se desenvolvieron con mucho gusto y las ideas claras, madurando las jugadas, sin muchas precipitaciones. Es cierto que no se tradujo en un cúmulo de ocasiones claras, pero el viento soplaba a favor.

La diferencia, como suele pasar en esta competición, estuvo en que la misma ocasión que tuvo Mini en el 31’ tras el jugadón de Mario Mendes se marchó fuera por poco y el Barça marcó una similar, tras un mal despeje, al poco de comenzar el segundo tiempo.

Con el 0-1, el Barça dejó que el Málaga se descosiera buscando el empate y machacó a la contra con el mismo ADN heredado del primer equipo. Riqui Puig, con metros por delante, dominó las tres dimensiones. El propio Puig firmó el 0-2, que quiso discutir el resultado un minuto después con un chut duro de Meléndez que Iñaki detuvo en un alarde de reflejos. El Málaga se fue desangrando buscando desesperadamente la portería rival y terminó goleado. Pero pueden marcharse con la cabeza alta. Jamás renunció al estilo que le trajo hasta este punto del camino. Y eso también es de héroes

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